NAIROBI, miércoles, 2 junio 2004 (ZENIT.org).- Todas las denominaciones cristianas y personas de buena voluntad han sido invitadas a la misa que el próximo jueves se celebrará en la Basílica de la Sagrada Familia por los quince niños abortados cuyos cuerpos fueron encontrados junto a un río de Nairobi (Kenia).

Tras la eucaristía, cuya fecha de celebración coincide con la fiesta de los Mártires de Uganda (San Carlos Lwanga y compañeros), se dará cristiana sepultura a los niños en el cementerio de Langata, en la capital.

El presidente de la Conferencia Episcopal de Kenia, el obispo Cornelius Kipng'eno Arap Korir --de la diócesis de Eldoret-- ha culpado a la sociedad, y en especial a los médicos implicados, de complicidad en tan atroces crímenes contra la humanidad.

«Que se permitan ser carniceros de una manera tan despiadada es alarmante. ¿Cómo puede uno manejar la vida y la muerte con la misma mano?», deploró el prelado en un comunicado enviado el lunes a CISA («Catholic Information Service for Africa»).

Según la agencia, el arzobispo de Nairobi, monseñor Raphael S. Ndingi Mwana'a Nzeki, el sábado se comprometió a movilizar a todos los católicos para que no vuelvan a elegir a políticos que apoyen esta práctica.

«Vamos a poner en circulación los nombres de todos los que respalden el aborto y a movilizar a nuestros cristianos para que no los reelijan», declaró el prelado durante la colocación de la primera piedra de un centro comunitario de la parroquia de St. Austins, en Muthangari (Nairobi).

Además el arzobispo anglicano Benjamin Nzimbi se ha hecho eco en una nota similar en la que afirma que sólo Dios, como el único dador de vida, puede quitarla.

A pesar de que su práctica es ilegal en Kenia, se calcula que cada año se llevan a cabo en el país africano 300 mil abortos.