MADRID, martes, 8 marzo 2005 (ZENIT.org).- Con la reciente apertura en Madrid del proceso de canonización del sacerdote e ingeniero José María Hernández Garnica (1913-1972) ocho miembros del Opus Dei se encuentran camino de los altares.
Hernández Garnica, nacido en Madrid, un cercano colaborador del fundador, san Josemaría Escrivá de Balaguer, doctor Ingeniero de Minas, en Ciencias Naturales y en Teología, fue uno de los tres primeros fieles de esta realidad eclesial que se ordenaron sacerdotes, junto con Álvaro del Portillo y José Luis Múzquiz.
En la celebración de apertura de la causa, monseñor César Franco Martínez, obispo auxiliar de Madrid, reconoció que «es una expresión muy bella que en todas las fundaciones y obras de la Iglesia broten junto al fundador gérmenes de vida cristiana y de vida santa, estimulados por el testimonio de esa vida cristiana, heroica, entregada al servicio de Dios y de los hombres».
Sacerdote desde el 25 de junio de 1944, san Josemaría le encargó especialmente el impulso de la labor apostólica del Opus Dei entre las mujeres. Desde 1957 hasta su fallecimiento, fue enviado por san Josemaría para impulsar el desarrollo del Opus Dei en Inglaterra, Irlanda, Francia, Austria, Alemania, Suiza, Bélgica y Holanda.
Otros fieles de la Prelatura del Opus Dei que están en proceso de canonización son el sucesor de san Josemaría, Álvaro del Portillo, así como seis laicos: tres españoles –Montse Grases, Guadalupe Ortiz de Landázuri, Eduardo Ortiz de Landázuri–, el argentino Isidoro Zorzano, el suizo Toni Zweifel y el guatemalteco Ernesto Cofiño.