La Conferencia Episcopal de Nicaragua ha emitido este miércoles un «Pronunciamiento» en el que revela que «esta Ley trata de imponer un nuevo patrón de conducta de la mujer en relación a ella misma, a la familia, y a la sociedad. Este nuevo patrón le hace entrar en confrontación con su naturaleza y su propio ámbito específicamente femenino».
«La Iglesia no está en contra de la promoción de la mujer, ni en contra del reconocimiento de sus derechos, pero convendría que el pleno reconocimiento de la igualdad de la mujer sea aunado con un saber valorar adecuadamente las peculiares dotes con las cuales Dios quiso crearla», afirman los prelados.
«La “Ley de Igualdad “, al igual que la ideología extranjera de género, pretende lograr la igualdad de la mujer otorgándole “nuevos” derechos especiales tales como el derecho al aborto, el derecho al lesbianismo y el derecho a cuotas obligatorias para garantizarle la “igualdad” en los puestos de poder y la mitad de todos los empleos del país por el único mérito de ser mujer», afirman los prelados.
«Este anteproyecto de ley contiene un nuevo vocabulario engañoso. Los términos “salud sexual” y “salud reproductiva” son internacionalmente reconocidos como eufemismos para el aborto provocado y para la promoción del homosexualismo», señala el «Pronunciamiento».
«El término “género” desnaturaliza la esencia del hombre y de la mujer negando las diferencias naturales existentes entre los sexos y sustituyendo a los géneros masculino y femenino, por seis géneros, el homosexual, el bisexual, el transexual el indiferenciado, el heterosexual y el transgenérico».
«Asimismo, los términos “Igualdad real “, “igualdad de oportunidades” e “igualdad efectiva” entre otros, son utilizados para implementar cuotas para favorecer a las mujeres por razón de su sexo», añade el episcopado nicaragüense.
«La redacción de dicho anteproyecto de ley es tan amplia y tan ambigua en la terminología y en varios de sus artículos, que permitiría que se incluyan de forma asolapada, el acceso al aborto provocado, el avance de la agenda homosexual y las cuotas por sexo. Las cuotas son discriminatorias y por lo tanto son inconstitucionales, además de ser una grave injusticia», reconoce el texto.
Por ello, los prelados piden «especificar que “salud sexual y reproductiva” no incluye ni el aborto ni la promoción del homosexualismo y que “igualdad de oportunidades” y las demás no significan cuotas ni igualdad de resultados numéricos».
«También es indispensable definir que “género” es la identidad biológica del hombre y de la mujer y que existen solamente dos géneros, el femenino para la mujer, y el masculino para el hombre», añaden los obispos.
«Además debe revisarse minuciosamente toda la ley para cerciorarse que en ninguno de sus artículos se dejen abiertas las puertas al aborto y al homosexualismo», señala la nota.
Los obispos concluyen exhortando a los legisladores «a que en el debate no prevalezcan los intereses egoístas de personas y grupos por encima del bien precioso de la vida humana y, por lo tanto, de la sociedad y del respeto de los valores culturales de nuestro pueblo cristiano».