Según ha explicado el mismo prelado a Zenit, la concesión fue anunciada por el Ministro de Asuntos Exteriores el 18 de febrero pasado, en respuesta al aumento de turistas en esta isla, en particular italianos y alemanes.
La decisión del presidente tunecino quiere manifestar el interés de «la promoción de los principios del diálogo entre las religiones», revela monseñor Twal.
En realidad se trata de una reapertura de la iglesia, pues su control había asumido por el gobierno tunecino en 1964 después de que le fuera cedida en virtud de los acuerdos que entonces entabló con la Santa Sede.
La presencia de los católicos en la isla de Jerba se remonta a los primeros siglos de nuestra era, y conserva vestigio se un obispado y de numerosas basílicas.
El 98% de los casi diez millones de habitantes de Túnez es musulmán. Los católicos son en torno al 0,23%, aunque buena parte de sus turistas son católicos procedentes de Europa.