NUEVA YORK, viernes, 25 marzo 2005 (ZENIT.org).- El padre John Bartunek, que ha pasado casi dos años en el rodaje de la película «La Pasión de Cristo», acaba de publicar en Estados Unidos un análisis espiritual de la obra cinematográfica de Mel Gibson, que ya se ha convertido en best-seller.
Bartunek, religioso legionario de Cristo, autor de «Inside the Passion» (Dentro de la Pasión), ha hablado con Zenit sobre el significado y la calidad artística del filme.
–¿Por qué escribir un libro sobre la espiritualidad de una película? Parece un poco raro…
–Padre Bartunek: En realidad, la misma obra es singular para la cultura corriente. Millones de personas la han visto y se han conmovido. El libro ayuda a comprender la causa de este fenómeno.
¿Qué es lo que ha hecho de esta película un caso único? En primer lugar el protagonista; en segundo, la capacidad artística. El libro une los dos aspectos: concilia la documentación teológica, espiritual e histórica, y trata de explicar el motivo por el que Mel Gibson ha realizado ciertas decisiones de tipo artístico y por qué han sido tan eficaces.
Es como visitar la basílica de San Pedro en Roma. Millones de turistas visitan este espléndido monumento y se quedan impresionados. Una experiencia que puede llegar a ser muy profunda si se tiene la suerte de visitarla con alguien que conoce la historia, su simbolismo y la intención de quien la ha construido. «Inside the Passion» ofrece una visita parecida a la obra de Gibson.
–¿Cómo acabó usted en el equipo de rodaje?
–Padre Bartunek: Llegué por primera vez acompañando a un seminarista. Un amigo suyo, que es también buen amigo del actor que interpreta el papel de Jesús, Jim Caviezel, estaba visitando Roma y nos invitó a asistir con él al rodaje.
Luego nos hicimos amigos de quienes trabajaban en la película, ya que en los rodajes hay muchos tiempos muertos. Ha sido un proyecto muy interesante y lo demás ha venido de modo natural.
–¿Cómo era un día normal de rodaje? ¿Se vivía un cierto ambiente espiritual?
–Padre Bartunek: No creo que haya habido una jornada normal y tampoco creo que la realización haya sido diversa, desde un punto de vista técnico, de la de otras películas.
Normalmente, se empezaba a trabajar pronto. El equipo técnico tenía que preparar la escena, los trajes y el maquillaje a primera hora y, cuando la luz era buena, se rodaba.
La película no ha sido rodada en orden cronológico. Ha sido como componer un mosaico: en cada momento, una pieza, sin un orden preestablecido.
Se rodaba una escena en un lugar, otra en otro y una tercera que no tenía nada que ver con las anteriores. Los actores tenían que estar preparados para cambiarse sin perder ni un segundo. Si no rodaban, estaban preparándose para hacerlo o analizaban el trabajo del día anterior.
A nivel espiritual, no ha habido un programa preparado. Jim Caviezel comulgaba todos los días; pasaba gran parte de las largas horas de maquillaje rezando el rosario. Mel iba a misa en cuanto podía y pasaba mucho tiempo orando.
Trabajar en esta película ha dado otra dimensión a su vida espiritual, sin duda. Ha tenido un efecto parecido también en los católicos que trabajaban en el proyecto. Las reacciones de los no creyentes y de pertenecientes a otras religiones fueron muy variadas. Pero pienso que no hay nadie que no haya cambiado después de hacer esta película.
–¿Qué se experimenta leyendo su libro?
–Padre Bartunek: En el libro meto a los lectores en el rodaje de «La Pasión». Soy una especie de guía turístico.
Se ha hablado y debatido mucho sobre el filme de Mel Gibson, pero hasta ahora el debate no ha afrontado un punto de vista fundamental, el del director.
Desde que tuve la suerte de participar en la producción de la película, y de acompañar a Mel durante todo el trabajo, he podido pasar horas a solas con él y hacerle preguntas que ninguna otra persona le había hecho. Las ideas que han surgido de esta experiencia sorprenden por su calidad artística y por ello he propuse a Mel la idea de escribir un libro.
La gente a la que le ha gustado la película quiere saber más; quiere saber cómo ha sido realizada, por qué ha tenido semejante efecto en el público. «Inside the Passion» ofrece esta perspectiva, como afirma Mel en la introducción.
–Su libro, ¿ayudará a quien ha tenido una experiencia profunda viendo la película a ahondar todavía más en su significado?
–Padre Bartunek: Mientras trabajaba en el libro, lo pasé a varias personas para que lo leyeran y ver su reacción. Habían visto la primera versión del filme. Se lo he dejado a otros directores, a católicos, a cristianos no católicos, a agnósticos, a personas de todo tipo.
Las reacciones han sido bastante parecidas. Tras leer el libro, todos querían ver la película otra vez. Les llamó la atención, como me sucedió a mí, la cantidad de niveles de significado y el arte contenidos en una experiencia cinematográfica tan eficaz.
Un ejemplo es el personaje de Judas y el encuentro que tiene con Jesús, bajo el puente, después de que éste es arrestado. Mi primera reacción a esta escena fue negativa. Parecía un truco cinematográfico barato. Pero Mel tenía un motivo. Cuando lo descubrí, se convirtió en una de mis escenas favoritas.
–¿Describiría el libro como profundamente meditativo?
–Padre Bartunek: «Inside the Passion» es meditativo en la medida en que lo haya sido para quien uno la película. Algunas personas lo han leído mientras miraban el DVD del filme.
Leen una parte del libro referida a una escena y luego la ven, descubriendo cosas que no habían visto antes y que sorprenden y atraen. Es un complemento muy eficaz que enriquece la experiencia de la obra.
–Este es el único libro autorizado sobre «La Pasión». ¿Por qué motivo cree que Gibson le ha permitido contar esta historia?
–Padre Bartunek: Sí, es el único libro autorizado y en el prólogo Mel mismo explica el motivo por el que ha aprobado el proyecto.
¡Los espectadores se plantean tantas preguntas sobre el filme! Hay a quien le ha gustado, otros se han sentido perplejos y a otros no les ha gustado. Todos tienen preguntas que hacerse. Y todos dan muchas respuestas. El libro disipa la confusión y arroja nueva luz sobre las respuestas a estas preguntas.
–¿Cuál es su escena preferida y por qué?
–Padre Bartunek: Uno de los motivos por los que he decidido escribir el libro es porque había muchas escenas que me gustaban. No sabría condensar todas esas experiencias en dos palabras.
Uno de los aspectos que más me ha sorprendido ha sido descubrir el verdadero motivo de la aparición del cuervo que se dirige hacia el ladrón, mientras está en la cruz. Me ha dejado estupefacto.
Otra de las escenas más impresionantes, en mi opinión, es la primera, en el huerto de Getsemaní. Pasan muchas cosas en aquel lugar, y todos los motivos de las decisiones de Mel son sorprendentes.
En general, creo que mis escenas preferidas son los «flashbacks», ver cómo se engarzan en la Pasión y descubrir por qué los eligió Gibson. Algunos fueron añadidos en el último momento. Es muy interesante descubrir los motivos.