ROMA, martes, 31 mayo 2005 (ZENIT.org).- En este inicio de pontificado, Benedicto XVI ha permitido al mundo redescubrir la actualidad de la Regla de san Benito, constata en esta entrevista concedida a Zenit el abad primado de los Benedictinos Confederados, Notker Wolf.
Estos 7.860 monjes (de los que 4.139 son sacerdotes), fundados en el siglo VI por el santo de Nursia, se dedican a la celebración de la liturgia, a la atención de las almas, a las misiones, al estudio, al arte, y la educación de la juventud, en la medida en que sea compatible con la vida monástica.
–¿Cuál fue su primera impresión cuando escuchó que el nuevo Papa se llamaba Benedicto XVI?
–Abad Wolf: Me encontraba en el monasterio de Tepeyac, en México, y seguí los acontecimientos por la televisión de allí. Nos quedamos muy sorprendidos y felices al escuchar el nombre.
–¿Cómo ha influenciado la presencia benedictina en Baviera al nuevo Papa, ya sea a nivel teológico o en la elección de su nombre?
–Abad Wolf: La experiencia que ha tenido con los benedictinos en Baviera parece que ha tenido una auténtica influencia. Pensó en entrar él mismo en un monasterio benedictino. En Baviera hay 17 conventos benedictinos. La mentalidad bávara está muy influenciada por los benedictinos. En estos últimos años el Papa hizo sus ejercicios espirituales anuales en la abadía benedictina de Scheyern. De hecho, en varias ocasiones ha citado una frase de la regla benedictina: «Christo omnino nihil praeponant –nada absolutamente antepongan a Cristo» (72, 11). Cristo es el centro de nuestra vida, Cristo es la salvación del mundo.
–Los benedictinos tienen una organización dinámica: no están centralizados, y dan una gran libertad a cada monasterio. ¿Cree que el Papa puede inspirarse en este modelo para descentralizar a la Iglesia?
–Abad Wolf: San Benito pide al abad el ejercicio de una autoridad, pero excluye el autoritarismo. Cuando se afronta una cuestión importante, todos deben ser escuchados. El abad sólo toma la decisión después. Sabemos que, en las reuniones, el cardenal Joseph Ratzinger ante todo que todo el mundo hablara y que sabía escuchar. No me sorprendería el que delegue mucho y que promueva el principio de la subsidiariedad. Él mismo ha dicho que una Iglesia universal no debe ser dirigida de manera centralizada. Va a respetar las Iglesias locales sin poner en peligro la unidad de la Iglesia.
–¿Cómo puede inspirar san Benito a la Europa de hoy?
–Abad Wolf: San Benito transmitió a Occidente una estabilidad y una nueva cultura a una época de grandes cambios, a través de su Regla y de sus monjes. En una época como la nuestra, que también se caracteriza por los grandes cambios, sus principios también deberían indicar el camino hacia el porvenir, al que le pertenece, entre otras, la responsabilidad común ante Dios, el respeto de la dignidad de la persona, la integración de la persona individual en la comunidad y la justa medida en los comportamientos, en el campo de las leyes y de su aplicación.
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