ROSARIO, lunes, 4 julio 2005 (ZENIT.org).- Ha nacido una red de ciudades latinoamericanas por la unidad del continente. La iniciativa surge de una declaración programática con el título «Ciudades por la unidad», proclamada al finalizar el primer Congreso de Alcaldes de América Latina, promovido por el Movimiento internacional Político por la Unidad (MPPU) de Argentina, Brasil y Uruguay, que se desarrolló en la ciudad argentina de Rosario.
«Es una respuesta a la propuesta lanzada en el mensaje de Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, en la inauguración del Congreso, en el que delineaba los elementos para «iniciar un proceso que puede dejar una huella en la historia»», revela el servicio de información de este movimiento eclesial
«Una gran idea, la fraternidad universal; un contexto donde concretarla, la ciudad; sujetos institucionales y sociales diversos, cuya unidad se enriquece y subraya precisamente por las diferencias; un proyecto, la unidad de América Latina al servicio de la unidad del mundo», fue la propuesta de Chiara Lubich.
«Que la sabiduría milenaria de los pueblos autóctonos que es la raíz de su historia; que el aporte de la inmigración, que ha podido expresarse plenamente gracias a la hospitalidad de sus sociedades; que sus inmensos recursos naturales y sobre todo culturales; que el deseo de encontrar un punto de equilibrio entre el respeto por la naturaleza y el desarrollo económico; que la fecunda vivacidad democrática de sus países, puedan encontrar nuevas expresiones en la fraternidad, para ser un don para toda la humanidad», añadió la fundadora.
En el encuentro participaron unas 1200 personas: alcaldes –200 de Argentina, 140 de Brasil y delegaciones provenientes de Uruguay, Bolivia, Chile, Colombia, Paraguay, México, Ecuador, Perú– así como administradores locales, políticos y muchos jóvenes.
Un aplauso especial fue reservado a la delegación boliviana, cuando se recordó la delicada fase que el país está atravesando. Estaba presente el Continente europeo, con representantes de Italia, España, Austria, de la República Checa y Eslovaca.
«Hemos asumido el reto de proponer una política renovada por la idea de la fraternidad como categoría política –afirmó el profesor Juan Esteban Belderrain, uno de los promotores de la iniciativa– que va más allá de los colores políticos y une las posiciones diversas alrededor de los valores universales ».
Al finalizar el encuentro, Miguel Lifschitz, alcalde de Rosario, la ciudad anfitriona, dijo: «La tarea no es sencilla, pero el instrumento para avanzar hacia estos objetivos es la participación, que significa, empezar a integrarla en la realidad de la fraternidad».
Liftschitz también afirmó que «hoy en día nuestros pueblos no se contentan con una democracia restringida. La sociedad civil quiere ser consultada, y tomar parte de las decisiones que involucran a todos. El gran reto de los gobiernos locales es el de trabajar todos los días para generar nuevos espacios que permitan la participación».
El Congreso, patrocinado por el Ministerio de Relaciones Interiores argentino y por la alcaldía de Rosario, ha permitido compartir la praxis política realizada en los diversos países, que han sabido superar las contraposiciones entre gobierno y oposición, entre las instituciones políticas y las ciudadanas, y poner en acto estrategias de desarrollo local para la solución de las cuestiones sociales prioritarias.
«Estoy convencida de la necesidad de una gran colaboración entre Europa y América Latina con base en la fraternidad», dijo la Eurodiputada italiana Patrizia Toia, quien asumió el compromiso de transmitir a sus colegas del Parlamento Europeo lo vivido en estos días: «Llevo conmigo un gran impulso», concluyó.
«Ciudades por la unidad», celebrado del 2 al 3 de junio, sigue la línea del encuentro «1000 ciudades para Europa», realizado en Innsbruck en el 2000, por el MPPU.