KAZÁN/CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 21 julio 2005 (ZENIT.org).- El Patriarca ortodoxo de Moscú y de todas las Rusias, Alejo II, entregó en la mañana de este jueves a la diócesis ortodoxa de Kazán el icono de la Madre de Dios, que le hizo llegar Juan Pablo II hace menos de un año después de haberlo custodiado personalmente en su apartamento.

Confirma «Radio Vaticano» la elección de esta fecha porque el 21 de julio es la fiesta de la aparición del icono.

La imagen de Kazán es un pequeño icono del siglo XVI que apareció prodigiosamente en esa ciudad, capital de Tatarstán --región a unos 800 kilómetros al este de Moscú--, y que se hizo famosa por sus milagros.

Según expertos rusos, la imagen que el Papa entregaba al Patriarcado de Moscú no era «una copia más» de la imagen más importante para los ortodoxos rusos, sino que con toda probabilidad es la copia más significativa, entre las existentes, tras la destrucción del original en 1904 por parte de ladrones (según documentos de la policía zarista).

Estas fuentes –que citaba «Avvenire» el año pasado- afirman que sería la copia que el zar Pedro el Grande, a inicios del siglo XVIII, encargó para la catedral de la nueva capital, San Petersburgo, dedicada a la Madre de Kazán. Habría sido sacada de Rusia en 1917, al concluir la Revolución de Octubre.

En los años sesenta reapareció en los Estados Unidos, donde había pasado a formar parte de subastas de arte internacional. En este ámbito, fue comprada por el «Ejército Azul» -organización católica de devoción a la Virgen de Fátima- que primero la custodió en una capilla en Fátima (Portugal), en tiempos del comunismo, y la entregó en 1993 a Juan Pablo II.

Desde ese momento el entonces obispo de Roma conservó el Icono en la capilla de su apartamento, esperando la oportunidad de encontrarse con el patriarca Alejo II para devolvérselo, pues como jefe de la Iglesia ortodoxa rusa consideraba que era su legítimo propietario.

Por expreso deseo de Juan Pablo II, el patriarca ortodoxo de Moscú recibió el 28 de agosto de 2004 de manos del cardenal Walter Kasper –presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos- en esa ciudad el Icono de la Madre de Dios de Kazán.

Previamente, al entregar la imagen a la delegación vaticana encargada de llevarla a Moscú, Juan Pablo II expresó su deseo de que el Icono transmitiera al patriarca Alejo II el afecto del Papa por él, por la Iglesia ortodoxa rusa y por la espiritualidad que custodia, así como su firme propósito de avanzar en el camino del recíproco conocimiento y de la reconciliación entre católicos y ortodoxos (Cf. Zenit, 25 agosto 2004).

Antes de partir hacia Moscú, la imagen mariana fue expuesta a la veneración de los fieles en la Basílica vaticana. Y es que el Icono de la Madre de Dios de Kazán ha congregado a lo largo del tiempo a fieles ortodoxos y católicos en oración.

Este jueves, Alejo II llevó el Icono a orillas del Volga; en una ceremonia seguida de una procesión la imagen fue devuelta a la diócesis de Kazán tras 101 años de ausencia.

La Virgen de Kazán es la imagen más famosa, la más venerada por los ortodoxos rusos, la que representan la reconciliación entre las distintas confesiones religiosas. El diálogo musulmán-cristiano es una de las orientaciones más importantes de la actividad de la Iglesia ortodoxa rusa, dijo en su homilía Alejo II, según cita la emisora pontificia.

El Patriarca celebró la ceremonia solemne por la fiesta del Icono de la Madre de Dios en la restaurada catedral de la Anunciación en Kazán. Se trata del primer acto religioso en este templo desde hace más de ocho décadas, pues durante el período soviético la catedral fue sede de una universidad, apunta «AsiaNews.it».

Estuvo presente en la ceremonia en párroco católico de Kazán, el presidente de Tatarstán -Mintimer Saripovic Saimiev- y representantes de la comunidad musulmana –en esta república de la Federación rusa cerca de la mitad de la población pertenece a esa religión-. Miles de personas asistieron a la ceremonia a través de pantallas situadas en las calles.

Tras la ceremonia en la catedral, el Icono fue llevado en procesión hasta el monasterio de la Madre de Dios -donde en el siglo XVI se encontraba la imagen milagrosa, y en período soviético fábrica de tabaco-. Allí dijo Alejo II que el Icono será custodiado.

En espera de que concluya la restauración del monasterio, la imagen permanecería provisionalmente en el monasterio femenino «Zilantov» -apunta «Avvenire»-.