La visita al lugar sagrado debería tener lugar el 19 de agosto y el purpurado alemán no ocultó su satisfacción ante el gesto simbólico que supone el que «un Papa alemán venga a visitar la sinagoga de Colonia».
El Holocausto, reconoció en una rueda de prensa concedida en la sede de «Radio Vaticano», es «una herida todavía abierta para nosotros, alemanes». Los judíos son «nuestros hermanos y hermanas mayores».
«Tenemos que cooperar para que nada de lo que sucedió vuelva a repetirse», afirmó
Debería ser la segunda visita de un Papa a una sinagoga, después de la que realizó Juan Pablo II en Roma, en el año 1986.
El cardenal reveló que el presidente de la República alemana le preguntó si la elección de un Papa alemán podría ser interpretada como una «absolución de las responsabilidades de las dos guerras mundiales».
«Yo le respondí que no se ha elegido a una nación, sino a un hombre –explicó–. El hecho de que sea alemán, sin embargo, no es un obstáculo para esta elección».