En el pequeño chalet de Les Combes, en el Valle de Aosta, bajo el Mont Blanc, viven hasta el 28 de julio con el Santo Padre su secretario personal, monseñor Georg Gaenswein; el ayudante de cámara del Papa, Angelo Gugel; y las dos laicas consagradas que atienden habitualmente al pontífice.
El resto del séquito del Santo Padre, incluido el portavoz, Joaquín Navarro-Valls, según informa Salvatore Mazza, quien se encuentra en la localidad cubriendo informativamente estos días para «Radio Vaticano» y «Avvenire», vive en una casa adyacente de los salesianos, que desde este año se llama «Residencia Alpina Juan Pablo II».
Por el momento, no ha venido el hermano del Papa, monseñor Georg Ratzinger. Según Mazza, parece que visitará a su hermano pequeño en Castel Gandolfo, la residencia veraniega de los Papas, a finales de julio.
La casa de piedra y madera, construida en el año 2000, en la que se aloja el Papa prácticamente no ha sufrido ninguna alteración con respecto a los años anteriores en los que acogió a Juan Pablo II. El cambio más evidente es la presencia de un piano, colocado por el ecónomo salesiano de la casa, Claudio Marangio, para que el obispo de Roma pueda pasar momentos dedicados a una de sus pasiones de siempre.
El lunes y martes, primeros días de vacaciones, el Santo Padre alternó los momentos de oración y trabajo con paseos por la misma propiedad en la que se encuentra el chalet.
El cardenal Tarcisio Bertone, salesiano, arzobispo de Génova, quien durante años fue secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe cuando el prefecto era el cardenal Joseph Ratzinger, llegó este miércoles a mediodía para almorzar con el Santo Padre.