Canadá adopta el «matrimonio» homosexual; los católicos seguirán oponiéndose

Según anuncia un «Comentario» publicado por la Conferencia Episcopal

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OTTAWA, jueves, 21 julio 2005 (ZENIT.org).- Tras la adopción por parte del Parlamento Federal de Canadá del proyecto de ley que autoriza el «matrimonio» entre homosexuales, los obispos aseguraron este miércoles en un documento que la Iglesia católica seguirá defendiendo el matrimonio como unión exclusiva entre un hombre y una mujer.

El «Comentario», emitido por la Conferencia Episcopal de Canadá, es publicado después de que el proyecto legislativo C-38, «concerniente a algunas condiciones de fondo del matrimonio civil», se haya convertido en ley federal en el país.

Canadá se convierte en el cuarto país del mundo en dar este paso después de Holanda, Bélgica y España.

A pesar de la adopción de esta ley, aclaran los prelados, «la realidad fundamental y universal del matrimonio seguirá siendo la unión exclusiva entre un hombre y una mujer de por vida».

«Desde el punto de vista de la Iglesia católica, la nueva ley federal desnaturaliza los valores y los principios morales», señalan los obispos.

Por este motivo, «los católicos seguirán oponiéndose y se asegurarán de que todas las reglamentaciones provinciales y territoriales concernientes a la celebración de matrimonios ofrezcan una protección total de la libertad de conciencia y de religión, tal y como es garantizada por la Carta canadiense de los derechos y libertades».

La Conferencia de Obispos Católicos de Canadá agradece «el compromiso de tantos canadienses, de todas las confesiones religiosas o sin pertenencia particular, a preservar la definición universal del matrimonio».

«Un gran número de ciudadanos, incluidas personalidades jurídicas, han defendido la auténtica naturaleza del matrimonio con valentía, pagando el precio de sacrificios personales considerables y, en ocasiones, incluso riesgos para su carrera».

Los prelados constatan con tristeza que algunos políticos católicos han «promovido la redefinición del matrimonio y han votado a favor de este cambio. Están en contradicción con la enseñanza de la Iglesia, tal y como es enunciada por el Santo Padre y los obispos».

El «Comentario» episcopal reconoce que este cambio legislativo ha dividido profundamente a los canadienses, y cree que el debate volverá a hacerse particularmente intenso con motivo de las próximas elecciones federales.

Por este motivo, los obispos católicos de Canadá anuncian que «estudiarán las consecuencias inmediatas de estas decisiones» y aseguran que todos los obispos en cuanto conferencia e individualmente «seguirán protegiendo el matrimonio y al vida familiar».

Por último, el «Comentario» reafirma que todas las personas homosexuales «deben ser acogidas con respeto, compasión y delicadeza. Reafirmando que debe mantenerse la definición universal y tradicional del matrimonio, ha de evitarse toda discriminación injusta», concluyen citando el número 2358 del «Catecismo de la Iglesia Católica».

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ZENIT Staff

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