«La Iglesia católica en Japón debe tener la conciencia de su papel profético, tanto en la misión de protección de la vida humana como para pedir perdón a Dios y a todas las personas que tuvieron que soportar un inmenso sufrimiento durante la segunda guerra mundial», dice la introducción del mensaje de los obispos nipones escrito en este aniversario.
El documento aparece con motivo del «Período católico por la paz en Japón», que va desde el 6 de agosto, fecha de la primera explosión atómica sobre Hiroshima, hasta el 15 de agosto, el día en el que concluyó la guerra.
Uno de los pasajes del documento, traducido y emitido por «Radio Vaticano», explica que en este período los obispos invitan a los fieles japoneses «a intensificar sus oraciones por la paz en el mundo y a promover iniciativas concretas de para la solución pacífica de los conflictos».
«El pueblo japonés ha aprendido a aceptar su historia, hecha de invasiones y violentas colonizaciones. Reflexionemos sobre ello y volvamos a emprender el camino».
El 6 de agosto, el obispo de Hiroshima, monseñor Joseph Atsumi Misue, presidirá en la catedral de la ciudad una solemne misa en sufragio por las víctimas de las bombas atómicas en la que participarán católicos de todas las diócesis de Japón, en particular de Nagasaki, ciudad bombardeada el 9 de agosto de 1945.