LES COMBES, miércoles, 27 julio 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI disfrutó de su último día de vacaciones en lo Alpes italianos realizando una excursión de montaña, antes de abandonar este jueves la localidad de Les Combes, adonde llegó el pasado 11 de julio.
El Papa paseó este miércoles por las sendas de montaña, entre los bosques, acompañado por su secretario, monseñor Georg Gaenswein, y por el guía alpino Albert Cerise, quien durante diez años estuvo al lado de Juan Pablo II cuando venía a esta misma localidad.
Por primera vez, el Centro Televisivo Vaticano ha difundido este miércoles imágenes y sonido del Papa en las que aprecia la belleza del paisaje.
«Normalmente el Diente del Gigante [una de las cumbres más famosas del Mont Blanc, ndr.] se ve muy bien, pero hoy está nublado», explica monseñor Gaenswein.
El Papa le responde: «En nuestro país, las montañas con tres mil metros siempre tienen nieve. Aquí estamos más al sur».
El guía alpino le muestra otra cumbre y explica que «allí una enorme avalancha sepultó a todo un pueblo». El Papa se vuelve y, con sorpresa, comenta: «¿Todo un pueblo? “¡Mamma mia!” », utilizando la típica expresión «madre mía» en italiano.
El guía hace la lista de los nombres de los montes: «Allá, al fondo, está el Grand Jourasse, detrás hay un bellísimo lago».
Luego, las cámaras del Vaticano muestran al Papa, a su secretario y al guía continuando su paseo. Se puede ver también a dos guardias forestales con los que el Papa se detiene a conversar tranquilamente.
El Papa regresará en la tarde de este jueves desde Aosta a Roma en avión. Del aeropuerto se dirigirá a Castel Gandolfo, la residencia veraniega de los Papas, a unos 30 kilómetros de la ciudad eterna, donde transcurrirá estos días hasta su viaje a Colonia (Alemania) el 18 de agosto para participar en las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Benedicto XVI mantendrá en estos días desde allí su actividad ordinaria, en particular, sus acostumbradas citas con los peregrinos: la audiencia del miércoles y el Ángelus del domingo.
