CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 15 enero 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI pidió este domingo superar todo tipo de discriminación, injusticia y desprecio hacia los emigrantes.
Las palabras del Santo Padre resonaron en la plaza de San Pedro del Vaticano con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado, que en este año, por decisión del mismo Papa ha tenido por lema: «Migraciones, signo de los tiempos».
Como el mismo pontífice aclaró tras rezar la oración mariana del Ángelus, «este fenómeno se presenta de formas muy variadas: la migración puede ser voluntaria o forzada, legal o clandestina, por motivos de trabajo o de estudio».
«Si, por una parte, se afirma el respeto de las diversidades étnicas y culturales, por otra se dan dificultades de acogida e integración», constató.
Por este motivo, concluyó, «la Iglesia invita a aprovechar lo positivo de este signo de los tiempos, superando toda forma de discriminación, de injusticia y de desprecio de la persona humana, pues todo hombre es imagen de Dios».
En su mensaje para la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado, escrito por Benedicto XVI pide justicia, en particular, a favor de la mujer emigrante, fenómeno en crecimiento, y del reconocimiento de «sus derechos iguales».