CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 16 enero 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI manifestó el amor que la Iglesia siente por el pueblo judío al recibir en audiencia este lunes al rabino jefe de Roma, el doctor Riccardo Di Segni.
El representante judío, por su parte, invitó al pontífice a visitar la sinagoga de la Ciudad Eterna, al cumplirse los veinte años de la histórica visita de Juan Pablo II a ese mismo lugar de culto, el 13 de abril de 1986.
«¡Shalom!», fue la palabra con la que el obispo de Roma acogió al rabino, en la víspera de la Jornada que se celebrará en Italia para la profundización y el desarrollo del diálogo entre católicos y judíos.
«La Iglesia católica está cerca de vosotros y es vuestra amiga –le aseguró al rabino–. Sí, nosotros os amamos y no podemos dejaros de amaros, «a causa de los padres».
Según el obispo de Roma, «no podemos dejar de denunciar y combatir con decisión el odio y las incomprensiones, las injusticias y las violencias que siguen sembrando preocupación en el espíritu de los hombres y mujeres de buena voluntad».
En este contexto, preguntó, «¿cómo no sentir dolor y preocupación por las nuevas manifestaciones que se registran de vez en cuando de antisemitismo?».
Benedicto XVI reconoció que son «muchas las urgencias y desafíos, en Roma y en el mundo, que nos invitan a unir nuestras manos y nuestros corazones en iniciativas concretas de solidaridad, de «tzedek» (justicia) y de «tzedekah» (caridad)».
«Juntos podemos colaborar para en la transmisión de la antorcha del Decálogo y de la esperanza a las jóvenes generaciones», aseguró.
Por su parte, el rabino jefe agradeció al Papa su compromiso público contra el antisemitismo y el terrorismo fundamentalista.
Al referirse a las relaciones entre la Iglesia católica y el judaísmo promovidas por Juan Pablo II, Di Segni reconoció que «desde los primeros momentos del nuevo pontificado era clara la convicción de que no sólo no se daría marcha atrás en el camino emprendido, sino que el camino marcado continuaría».
«Esta convicción nuestra –concluyó– es confirmada por sus ya numerosos actos, por sus declaraciones, por la sensibilidad demostrada en la denuncia del antisemitismo pasado y presente, por la condena del terrorismo fundamentalista, y por la atención al Estado de Israel, que para todo el pueblo judío es una referencia esencial y central».