Según el Papa, la secularización de Europa exige la unidad de los cristianos

Discurso a la comisión preparatoria de la tercera Asamblea Ecuménica Europea

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 26 enero 2006 (ZENIT.org).- La nueva evangelización de Europa, que está olvidando sus raíces cristianas, exige que los discípulos de Jesús superen sus divisiones, asegura Benedicto XVI.

«En la Europa en camino hacia la unidad política, ¿podemos admitir el que sea precisamente la Iglesia de Cristo un facto de desunión y discordia? ¿No sería este uno de los escándalos más grandes de nuestro tiempo?», se pregunta el pontífice.

Escucharon el interrogante este jueves los 150 delegados, de 50 países, representantes de 40 iglesias, 34 conferencias episcopales y más de 50 federaciones y movimientos, que participan en la comisión preparatoria de la tercera Asamblea Ecuménica Europea.

Se trata de una iniciativa del Consejo de las Conferencias Episcopales católicas de Europa (CCEE) y de la Conferencia de las Iglesias Europeas (KEK), que agrupa al resto de confesiones cristianas.

El encuentro en Roma (ciudad de mayoría católica, constituye la prima etapa de un itinerario espiritual que recorrerá otras ciudades del viejo continente, particularmente Wittemberg (Alemania, de mayoría protestante) hasta culminar en Sibiu (Rumania, de mayoría ortodoxa), en septiembre de 2007.

La reunión que lanza este nuevo proceso ecuménico europeo, que se celebra del 24 al 27 de enero, ha tenido lugar en el contexto de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.

El tema escogido para la asamblea es «La luz de Cristo ilumina a todos. Esperanza de renovación y unidad en Europa».

Según explicó el Papa en el discurso que dirigió en italiano a sus huéspedes en la Sala Clementina del Vaticano, este tema indica «la auténtica prioridad para Europa: comprometerse para que la luz de Cristo resplandezca e ilumine con renovado vigor los pasos del continente europeo al inicio del nuevo milenio».

«Deseo que toda etapa de esta peregrinación esté iluminada por la luz de Cristo y que la próxima Asamblea Ecuménica Europea pueda contribuir a hacer más conscientes a los cristianos de nuestros países sobre el deber de testimoniar la fe en el contexto cultural actual, con frecuencia caracterizado por el relativismo y la indiferencia», confesó.

El obispo de Roma considera que «para que sea fecundo el proceso de unificación emprendido, Europa necesita redescubrir sus raíces cristianas, dejando espacio a los valores éticos que forman parte de su rico y consolidado patrimonio espiritual».

«Ahora bien –reconoció–, nuestra presencia como cristianos será incisiva e iluminadora sólo si tenemos la valentía de recorrer con decisión el camino de la reconciliación y de la unidad».

Tras la caída del muro, que dividía en dos a Europa, «se experimenta la necesidad de afrontar unidos los desafíos actuales, comenzando por el de la modernidad y la secularización».

«La experiencia demuestra ampliamente que el diálogo sincero y fraterno genera confianza, elimina los miedos y los prejuicios, deshace las dificultades y abre a la confrontación serena y constructiva».

Por este motivo, el Papa renovó «su decidida voluntad, manifestada en el inicio del pontificado, de asumirme el compromiso prioritario de trabajar sin ahorrar energías por la reconstrucción de la unidad plena y visible de todos los seguidores de Cristo».

[Más información sobre la Asamblea Ecuménica Europea en http://www.eea3.org]

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ZENIT Staff

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