CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 27 enero 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha nombrado vicepresidente de la Academia Pontificia para la Vida a monseñor Jean Laffitte, quien hasta ahora era subsecretario del Consejo Pontificio para la Familia, según informó la Oficina de Información de la Santa Sede el 24 de enero.
Este cargo había sido desempeñado anteriormente por el obispo Elio Sgreccia, a quien Juan Pablo II había nombrado en enero de 2005 presidente de esa misma Academia, fundada por el mismo Papa Karol Wojtyla el 11 de febrero de 1994.
Nacido en Oloron-Sainte-Marie (Francia) en 1952, sacerdote de la diócesis de Autun, miembro de la Comunidad del Emmanuel, diplomado de Ciencias Políticas, doctor en Teología, monseñor Jean Laffitte ha sido superior de los Capellanes del Santuario de Paray-le-Monial (Francia), antes de convertirse en profesor de ética, de antropología y de espiritualidad conyugal en el Instituto Juan Pablo II para los Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, en la Universidad Pontificia de Letrán, en Roma.
Ha impartido cursos en las diferentes secciones de este Instituto en Brasil, España, Benín, México y Australia.
Ha impartido seminarios de formación y sesiones de formación del clero en Italia, Francia, Kazajstán, Filipinas, Chile y Perú.
Monseñor Laffitte ha publicado libros traducidos en varios idiomas como «La ofensa desarmada» («L’Offense désarmée», 1991), «El Perdón transfigurado» («Le Pardon transfiguré», 1995), y en colaboración con monseñor Livio Melina, «Amor conyugal y vocación a la santidad» («Amour conjugal et vocation à la sainteté, 2001).
En 2003, fue nombrado consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
La Academia Pontificia para la Vida fue un sueño de Juan Pablo II que hizo realidad para estudiar, informar y formar sobre los principales problemas de la biomedicina y del derecho relativos a la promoción y a la defensa de la vida.
En particular, afronta estas cuestiones en la relación que tienen con la moral cristiana y con las orientaciones del Magisterio de la Iglesia Católica.
El organismo pontificio, que goza de autonomía propia, colabora con los dicasterios de la Curia Romana cuyas actividades tienen relación con el servicio a la vida.
La Academia, cuyo primer presidente fue el mundialmente conocido genetista Jerôme Lejeune, está formada actualmente por 51 miembros ordinarios –el número máximo es de 70–, todos de nombramiento pontificio, con competencia en diferentes sectores de la ciencia biomédica y en las disciplinas que tienen relación con los problemas que conciernen a la promoción y a la defensa de la vida.
Además de los miembros ordinarios existen 73 miembros correspondientes cuya contribución se requiere en ocasiones específicas en relación con la competencia particular de cada uno de ellos.
Los miembros de la Academia suscriben la «Declaración de los servidores de la vida» con la que se comprometen a promover y defender los principios acerca del valor de la vida y de la dignidad de la persona humana, interpretados conforme al Magisterio de la Iglesia.
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