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Sr. Presidente:
Me honro en ser portador del saludo de su Santidad Benedicto XVI a todos los que están empeñados en la lucha contra el VIH/SIDA. El Papa abriga una gran preocupación por el avance de la pandemia y garantiza la continuidad e incremento del trabajo que la Iglesia católica lleva a cabo para frenar esta desgracia.
Desde el inicio de la pandemia del SIDA la Iglesia católica la ha combatido desde los niveles médicos, sociales y espirituales. El 26.7% de los centros en el mundo para tratar enfermos de VIH/SIDA están dentro de la Iglesia católica. Nuestro trabajo versa sobre la capacitación de profesionales de la salud, prevención, cuidado, asistencia y acompañamiento tanto de los enfermos como de sus familias.
Caritas Internacional reporta trabajar en 102 países. Según las respuestas a nuestra encuesta que realizamos en la Santa Sede se nos reportan acciones contra la pandemia en 62 países: 28 de África, 9 de América, 6 de Asia, 16 de Europa y 3 de Oceanía. Además del personal local (religioso y no religioso) se distinguen en el ramo Congregaciones y Asociaciones internacionales tales como las Vicentinas, Caritas Internacional, Comunidad de San Egidio, Camilianos, Juaninos, Jesuitas, religiosas de la Madre Teresa, el Hospital del Niño Jesús de la Santa Sede y los Farmacéuticos católicos. La acción de la Santa Sede y de la Iglesia católica jamás se encierra en sí misma sino que va dirigida a promover y reforzar el sentido indispensable de pertenencia y responsabilidad que cada país debe fuertemente desarrollar en cada fase de respuesta de la pandemia.
Las principales acciones que realizamos en la formación se refieren a los profesionales de la salud, a los sacerdotes, religiosas y religiosos, a los mismos enfermos, a las familias y a la juventud. En la prevención insistimos en la información y educación hacia conductas dirigidas a evitar la pandemia. Somos conscientes de que el papel de la familia en el campo de la formación y de la educación es indispensable y eficaz. La educación e información las damos también a través de documentos, conferencias e intercambios de experiencias y prácticas. Para el cuidado y asistencia de los enfermos acentuamos la capacitación de médicos y personal para médico, de capellanes y voluntarios; combatimos el estigma, facilitamos el diagnóstico, el “counselling” y la Reconciliación. Proveemos los antiretrovirales, los medicamentos para evitar la transmisión vertical materno filial y el contagio sanguíneo. En el ramo de la atención y acompañamiento al enfermo evitamos los contagios, atendemos a huérfanos y viudas, a los presos, ayudamos a la reintegración social de estos enfermos y colaboramos con los Gobiernos y demás Instituciones que se ocupan de la pandemia, tanto a nivel ecuménico como civil.
En el aspecto económico el anterior Papa Juan Pablo II creó la Fundación “El Buen Samaritano” para atender a los enfermos más desprotegidos y ahora en especial a los enfermos de SIDA. Hasta la fecha hemos facilitado antiretrovirales a 18 países: 13 de África, 3 de América y 2 de Asia. En estos países hemos repartido el dinero recibido de católicos de 19 países, tanto de África misma, como de América, Asia y Europa.
Para mayor información de lo expuesto, presentamos un folleto que ofrecemos a la Asamblea y que se encuentra en los lugares destinados a ello en este recinto.
Gracias, Sr. Presidente.