La medida ha sido aprobada por el Senado y la Cámara de Representantes. La ley debe ser ratificada y promulgada por la presidenta, Gloria Macapagal Arroyo.
La firma presidencial se producirá «con toda probabilidad» antes de que Arroyo emprenda a finales de junio un viaje de Estado al Vaticano y España, dijo a la agencia EFE el consejero político de la presidenta y responsable de las relaciones con el legislativo, Gabriel Claudio.
Todo el trámite parlamentario se va a acelerar al máximo para poder aprobar la ley antes de que el legislativo entre en receso el próximo viernes.
La propia presidenta pidió, el 31 de mayo, por escrito a los presidentes del Senado y de la Cámara de Representantes que aprobasen «urgentemente» sus respectivos proyectos de ley para abolir la pena de muerte, un castigo que considera inútil para evitar crímenes y que, perjudica a los pobres, que no pueden costearse buenos abogados.
Filipinas se convertirá en el cuarto país de la región del Sudeste Asiático-Pacífico, sólo con Australia, Nueva Zelanda y Timor Oriental, que no tendrá en su legislación la pena capital.