CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 28 enero 2007 (ZENIT.org).- En medio de la violencia que tiene lugar tanto en el Líbano como en la franja de Gaza, Benedicto XVI denunció este domingo los «enfrentamientos fraticidas».
Tras invitar a su habitantes a promover el diálogo entre las comunidades y a emprender caminos pacíficos a favor del bien común, el Santo Padre lanzó junto a dos niños liberó a dos palomas en el último domingo del «mes de la paz».
El llamamiento del Papa tiene lugar después de una semana en la que los enfrentamientos entre partidarios del gobierno de Beirut y de la oposición han despertado los temores del regreso de una nueva guerra civil en el Líbano.
Por su parte, Gaza vivía su tercer día de enfrentamientos entre las facciones palestinas que se han cobrado la vida de 22 personas
Al afrontar la situación del país de los cedros, el Papa constató con pesar que «la violencia ha vuelto a ensangrentar el Líbano».
«Es inaceptable que se emprenda este camino para defender las propias razones políticas –advirtió-. Experimento una inmensa pena por esa querida población. Sé que muchos libaneses sienten la tentación de dejar toda esperanza y se encuentran como desorientados por todo lo que está sucediendo».
El Papa citó las palabras pronunciadas por Su Beatitud el cardenal Nasrallah Pierre Sfeir, patriarca de Antioquia de los Maronitas, «para denunciar los enfrentamientos fratricidas».
«Junto a él y junto a los demás responsables religiosos, invoco la ayuda de Dios para que todos los libaneses sin distinción puedan y quieran trabajar juntos para hacer de su patria una auténtica casa común, superando esas actitudes egoístas que impiden dedicarse verdaderamente a su país», dijo, evocando la exhortación apostólica que Juan Pablo II dedicó al Líbano.
El obispo de Roma exhortó a los cristianos libaneses a «ser promotores de un auténtico diálogo entre las diferentes comunidades» e invocó «sobre todos la protección de Nuestra Señor del Líbano».
Refiriéndose después a la situación de la franja de Gaza, expresó su «cercanía espiritual a toda la población» y aseguró su oración «para que prevalezca en todos la voluntad de trabajar juntos por el bien común, emprendiendo caminos pacíficos para superar las diferencias y tensiones».
Tras la oración del «Ángelus», el Papa saludó a los niños del movimiento «Acción Católica» de Roma que se encontraban en la plaza de San Pedro para celebrar la conclusión del mes que ha comenzado con la Jornada Mundial de la Paz y dos de ellos le ayudaron a liberar las palomas.
«Las palomas son símbolos de paz pero los verdaderos mensajeros de paz sois vosotros», dijo Benedicto XVI.