ARGEL, jueves, 7 junio 2007 (ZENIT.org).- Los encuentros religiosos no musulmanes sólo podrán celebrarse bajo condiciones muy estrictas en Argelia, según ha decidido el Gobierno mediante una nueva resolución ejecutiva.
Los encuentros fuera de los establecimientos religiosos no podrá celebrarse sino con una autorización escrita del gobierno civil, informó el 4 de junio el Gobierno argelino en una resolución ejecutiva, relativa a la ley sobre religiones de marzo de 2006.
Asimismo, la utilización de un edificio como lugar de culto debe ser objeto de una solicitud.
Es probable que se emitan enseguida prohibiciones si las autoridades temen «un peligro para la salvaguardia del orden público».
Los encuentros religiosos espontáneos fuera de los lugares de culto están prohibidos.
Según varios medios franceses, la nueva ley tiene como objetivo principalmente a los grupos cristianos evangélicos, activos desde hace algunos años en Argelia.
La ley de 2006 prevé penas de arresto de cinco años y multas de hasta diez mil euros contra quienes intenten convertir a un musulmán a otra religión. Estas mismas penas se aplican igualmente a toda persona que «fabrique, almacene o distribuya documentos impresos o publicaciones audiovisuales o en cualquier otro soporte o medio, que tengan como objetivo debilitar la fe musulmana».
El arzobispo católico de Argel, monseñor Henri Teissier, subrayó que el carácter represivo de la ley no corresponde a la situación del país, que practica de hecho una política de libertad de expresión y de reunión claramente superior a la de otros países árabo-musulmanes, y que sigue siendo garantizada en la nueva ley.
Argelia cuenta con menos de diez mil católicos en una población de 33 millones de habitantes, en su inmensa mayoría musulmanes.