CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 21 junio 2007 (ZENIT.org).- Se celebraron este miércoles, en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, los 50 años de sacerdocio del cardenal Renato Raffaele Martino, presidente de los Consejos Pontificios Justicia y Paz y de la Pastoral para los Emigrantes e Itinerantes.
En la celebración del jubileo sacerdotal del cardenal Martino, estaban presentes purpurados, arzobispos, obispos, sacerdotes y un nutridísimo público, con muchas personalidades y otros tantos parientes, amigos y colaboradores.
La ceremonia se abrió con la lectura del mensaje de felicitación del Papa Benedicto XVI, quien expresó aprecio y gratitud por todo lo realizado por el purpurado en servicio de Cristo y de la Iglesia.
«Un largo trayecto de ministerio, enriquecido por loables obras», escribe el Papa, recordando los «encargos de cada vez mayor importancia», desempeñados por el festejado en la Secretaría de Estado, en las Representaciones Pontificias y en la Curia Romana, «para sostener los valores y las razones de la Iglesia en campos cada vez más amplios».
Junto a los merecimientos por la elevación y la formación de los fieles y de todos los hombres con pruebas de laboriosidad en varios países del mundo, Benedicto XVI subrayó «la obra de promoción de las relaciones y de la concordia entre los pueblos», realizada por el entonces arzobispo Martino en el seno de Naciones Unidas, en los 16 años transcurridos en el Palacio de Cristal, como representante de la Santa Sede, no sin «amplio reconocimiento y manifestación de honor y estima».
El Pontífice menciona también la capacidad y laboriosidad del purpurado en la actual guía de los Consejos Pontificios Justicia y Paz y de la Pastoral para los Migrantes e Itinerantes, renovando «su ‘aprobación y gratitud’, impartiendo la bendición apostólica a él y a cuantos están unidos a él con especial vínculo de amistad».
Durante la homilía, monseñor Giampaolo Crepaldi, secretario del Consejo Pontificio Justicia y Paz, recordó que desde la primera Misa ha sido la Eucaristía el centro y la esencia del sacerdocio del cardenal Martino.
«No se sostiene el sacerdocio, ni siquiera un día –subrayó monseñor Crepaldi–, si no se permanece fieles a la gracia del encontrar, ver, mirar y seguir a Jesús, sabiendo cuán indefectible es la fidelidad de Su mirada de amor».
Tras recordar las muchas obras de caridad del purpurado, monseñor Crepaldi concluyó confiándose a Nuestra Señora: «Estoy seguro de que vigilando el buen resultado de tu enecuentro con el Hijo Jesús –afirmó el más estrecho colaborador del purpurado- estaba Ella, la ‘Mater Dei’, y junto a Ella y con Ella, tus padres, sobre todo tu madre, que –pocos lo saben- pintaba».
Y «tú con motivo de estos cincuenta años de sacerdocio has querido que estuvieran estas dos mujeres fundamentales en tu vida. Lo has hecho reproduciendo en la estampa de recuerdo un cuadro de tu madre que representa a Nuestra Señora ‘Mater Dei’».
Para terminar, el cardenal Martino, conmovido por la manifestación de afecto de los participantes en la celebración, dio gracias al Señor por haberlo utilizado en sus designios de bien y por los muchos sufrimientos a lo que ha sobrevivido: 18 intervenciones quirúrgicas, y tres veces con riesgo de la vida.
El presidente del Dicasterio vaticano ha dado las gracias a sus padres por haberle dado la vida, a los educadores que ha encontrado en el curso de la vida, a los pontífices que ha servido (Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI), a sus colaboradores, a su gran familia y a todos aquellos que le han regalado al menos una sonrisa.