CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 10 junio 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI exigió la liberación de todas las personas secuestradas, haciendo referencia en particular a los numerosos casos de Colombia, mientras acaba de llegar la noticia del secuestro de un sacerdote en Filipinas.
«Por desgracia me llegan frecuentes peticiones para que intervenga a favor de personas, algunas de ellas sacerdotes católicos, secuestradas por diferentes motivos en diferentes partes del mundo», reconoció el pontífice este domingo al rezar el Ángelus.
«Llevo a todos en el corazón y a todos les tengo presentes en mi oración, pensando, entre otros, en el doloroso caso de Colombia», añadió.
«Dirijo mi apremiante llamamiento a los autores de estos actos execrables para que tomen conciencia del mal cometido y restituyan cuanto antes al amor de sus seres queridos a cuantos tienen prisioneros».
El Papa concluyó encomendando «las víctimas a la materna protección de María Santísima, Madre de todos los hombres».
El llamamiento a favor de los secuestrados en Colombia tiene lugar en pleno esfuerzo del gobierno de ese país por liberar a los numerosos secuestrados en manos de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Entre éstos se encuentran tres estadounidenses y la ex candidata presidencial, Ingrid Betancourt, cuya liberación también es reclamada por el nuevo presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, pues también es ciudadana de ese país.
Para facilitar la liberación, la Conferencia Episcopal de Colombia ha acogido en su sede a Rodrigo Granda, conocido como «el canciller de las FARC», liberado por el gobierno de la prisión en que estaba encerrado, para impulsar las negociaciones.
Este domingo, fue secuestrado mientras se dirigía a celebrar misa el sacerdote italiano Giancarlo Bossi, de 57 años, en la zona de Zamboanga, en el archipiélago sureño de Mindanao (Filipinas). Según la Policía, sus captores podrían ser rebeldes del Frente Islámico Moro de Liberación.
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Jun 10, 2007 00:00