ROMA, jueves, 18 octubre 2007 (ZENIT.org).- «La investigación en las células estaminales embrionales humanas es contraria totalmente al respeto por el ser humano», y «el embrión es un sujeto humano desde el primer momento de la fusión de los gametos», recuerda el profesor emérito de Genética Humana, el padre Angelo Serra SJ.
Hace sólo dos semanas Benedicto XVI alertó –al recibir al nuevo embajador de Corea del Sur– de la tentación de que la investigación científica pisotee la dignidad fundamental del ser humano, como sucede con los experimentos con embriones humanos que después son destruidos.
«La destrucción de embriones humanos para obtener células estaminales o con cualquier otro propósito contradice el pretendido intento de investigadores, legisladores y funcionarios de la salud pública de promover el bienestar humano», denunció.
Pero el Papa no dudó en apoyar la investigación y el uso de células embrionarias adultas, pues en este caso la vida humana no corre peligro.
Recientemente el debate sobre la experimentación en células estaminales embrionales se ha reencendido tras la concesión del Nobel de Medicina 2007 a tres científicos –Mario Capecchi, Oliver Smithies y Martin Evans– que han descubierto la posibilidad de modificar el patrimonio genético de ratones sirviéndose de sus células estaminales embrionales.
El método tiene utilidad en el estudio de las funciones de cada gen y diversas aplicaciones en la medicina clínica, pero reabre el debate ético sobre la licitud de la experimentación en células estaminales embrionales.
Al respecto Zenit ha pedido su parecer al padre Angelo Serra, jesuita; escribe en «La Civiltà Cattolica» –revista cuyos borradores pasan por la Secretaría de Estado de la Santa Sede–, es profesor emérito de Genética Humana de la Facultad de Medicina del Policlínico Gemelli de Roma y miembro de la Academia Pontificia para la Vida, así como del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud.
–La técnica puesta a punto por los ganadores del Nobel de Medicina 2007, ¿es aceptable desde el punto de vista ético?
–P. Serra: Se trata de una técnica perfectamente aceptable en el terreno animal. Si en cambio se utilizaran células estaminales embrionales humanas entonces sería absurdo.
Se trata de investigaciones óptimas, extraordinarias. Se ha dado un notable paso adelante en este campo de investigación en los genes. Se podrá llegar a entender el significado de cada uno de los cerca de veinticinco mil genes que conocemos actualmente. Y por lo tanto, en este sentido, estos estudios realizados en animales pueden preparar el campo a aquellos en seres humanos. Pero las condiciones de estudio, en lo relativo al hombre, deben ser completamente distintas.
Por lo tanto, es óptimo todo lo que han realizado estos maravillosos estudiosos, pero esperamos que esta investigación pueda continuar en el campo animal, siguiendo este orden claro, para determinar la presencia de determinados genes, su actividad específica y su patología, cuando resultan alterados.
–Este Nobel, ¿no podría interpretarse como un aliento a proseguir los estudios en células estaminales embrionales humanas?
–P. Serra: Espero que no. Hay que recordar que la investigación en las células estaminales embrionales humanas es contraria totalmente al respeto por el ser humano. El embrión es un sujeto humano desde el primer momento de la fusión de los gametos. La Asociación americana para el progreso de la ciencia, el 14 de julio de 2006, dirigió una carta al Senado americano en la que afirma: «Desconocemos aún cuál pueda ser su definitiva utilidad, o los desafíos éticos que pueden suscitar, pero consideramos que se debe asegurar el desarrollo de la investigación en células estaminales embrionales humanas apoyada por fondos federales». Ésta es su opinión, pero si se examina bien, se ve que las células estaminales embrionales humanas son producidas con la muerte, más aún, matando a un determinado embrión humano, y por ello debemos decir que no es lícito en absoluto hacer algo así.
–¿A qué resultados concretos ha llegado hasta la fecha la investigación en células embrionales humanas?
–P. Serra: Hasta el 11 de abril de 2007, los escritos publicados sobre este tema eran 8399. Por lo tanto es posible imaginar cuántos embriones humanos han sido destruidos para poder sacar adelante estos trabajos. Y los resultados obtenidos son verdaderamente mezquinos. Las grandes dificultades que han encontrado y siguen encontrando estos investigadores se deben a situaciones particulares. Se crean auténticos «bloques» en el trabajo con las células estaminales embrionales humanas, como formaciones de tumores, contaminación de células animales que pueden contener agentes patógenos, incompatibilidad genética. Ahora se está trabajando en nuevas vías para producir líneas de células estaminales embrionales humanas sin la destrucción del embrión. Por lo tanto nos encontramos aún en una fase en la que debemos decir que los datos obtenidos de las investigaciones sobre las células estaminales embrionales humanas no han llevado a ninguna conclusión clara.
–La técnica puesta a punto por Capecchi, el llamado «gene targeting», permite obtener animales transgénicos. ¿No es una frontera éticamente arriesgada?
–P. Serra: A los animales se puede aplicar esta técnica porque se pueden obtener productos mejores. Animales mejores con características mejores. Las investigaciones en el campo de la genoterapia han llevado a grandes ventajas en el desarrollo tanto en el terreno animal como vegetal. Cierto que debe estar clara la prohibición absoluta de utilizar al hombre como material de experimentación. Si con el tiempo se lograra encontrar un camino para obtener los mismos resultados también en el hombre, sin pasar por las células estaminales embrionales humanas, esa sería la vía a seguir. Pero estamos aún muy lejos.
–En términos generales, ¿qué opina de la aproximación de los medios de comunicación a las noticias científicas?
–P. Serra: Desde un punto de vista de presentación, me parece que la información se hace bastante bien, pero faltan explicaciones claras. Habría que hacer comprender a los responsables de los medios que una cosa es presentar proyectos, presentar sustancialmente los puntos fundamentales, y otra son las explicaciones, que en general aparecen muy pobres. Sólo un especialista en la materia puede aclarar en pocas líneas los aspectos reales de determinado tema científico.