Confesiones cristianas hacen un llamamiento a la ONU ante la situación de Zimbabwe

Piden que se garantice la ayuda humanitaria a la población

Share this Entry

HARARE, viernes 27 de junio de 2008 (ZENIT.org).- El Consejo Ecuménico de las Iglesias y la Federación Mundial Cristiana de Estudiantes han hecho llegar al secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon y al Consejo de Seguridad, una carta conjunta en la que piden que se intervenga ante «el rápido deterioro de la situación en Zimbabwe».

En la carta, de la que se hace eco el diario L’Osservatore Romano, se pide a la ONU que «preste urgentemente atención a las necesidades humanitarias del pueblo de Zimbabwe, a su libertad para practicar la religión, a la desestabilización de la situación política y a la necesidad de poner fin a las violaciones de los derechos humanos».

Lo que más preocupa es la crisis humanitaria, tras la decisión del Gobierno del país de interrumpir la distribución de alimentos y medicinas provenientes de las agencias internacionales, así como de los servicios educativos.

«Los episodios de los últimos días en Zimbabwe y en otros lugares – prosigue la carta- nos convencen de que la intervención internacional es ahora más que necesaria para distribuir las ayudas alimentarias tan necesarias».

Los reverendos Samuel Kobia y Michael Wallace, secretarios generales de las organizaciones firmantes, se unen a las recientes declaraciones del cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, presidente de Caritas Internationalis, sobre la situación de crisis humanitaria «que podría costar la vida a centenares de miles de personas». 

Preocupa también la falta de libertad religiosa, pues, según la carta, «a algunas iglesias se les ha impedido practicar el culto, y otros servicios eclesiales han sido violentamente interrumpidos».

Respecto a la situación política, los firmantes se muestran «fuertemente preocupados porque al pueblo de Zimbabwe se les ha negado el derecho de elegir a su propio líder con elecciones libres y correctas. La soberanía del pueblo ha sido violada y debe ser restaurada».

Piden por tanto que se investiguen los supuestos crímenes que se imputan al partido «que ha creado esta situación», ya que «si a los que han perpetrado esta violencia no se les piden cuentas de sus crímenes, las tentativas de una solución política estarán minadas en su base. No puede haber impunidades».

«Hace tiempo Zimbabwe era la despensa de África. Su fuerte economía y su creciente libertad constituían un faro de esperanza para todos los africanos que creían en la promesa de una nueva África. En este momento, Zimbabwe es solo sufrimiento y dificultades. El pueblo del país merece algo mejor, y oramos para que la fe profunda y la perseverancia de un pueblo valiente emerjan una vez más y se pongan al servicio de la reedificación de esta sociedad trágicamente devastada por la desconfianza, la división y la violencia».

Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación

@media only screen and (max-width: 600px) { .printfriendly { display: none !important; } }