ROMA, miércoles 10 de diciembre de 2008 (ZENIT.org) - El arzobispo de Chipre Crisóstomo ha anunciado su deseo de acudir a Roma para pedir al Papa Benedicto XVI su ayuda en la solución del problema de Chipre, según publicó el pasado 2 de diciembre "Europaica", el boletín informativo de la Representación de la Iglesia ortodoxa rusa ante las instituciones europeas.

Por otro lado, la Iglesia ortodoxa de Chipre ha anunciado su intención de abrir, desde principios del próximo 2009, una representación permanente ante la Unión Europea.

Actualmente, existen en Bruselas varias representaciones ortodoxas ante la Unión: la del patriarcado de Constantinopla, la de la Iglesia ortodoxa rusa, la de la rumana y la de la Iglesia de Grecia.

Desde el año pasado, el arzobispo Crisóstomo afirmó que su Iglesia debía tener su propia representación ante la Unión Europea, dada la particular situación chipriota, tanto política como religiosa.

Colonia británica hasta 1960, Chipre se dividió tras la independencia entre la población de origen griega y turca. Tras una serie de enfrentamientos entre ambas comunidades, en 1974 Turquía invadió el norte del país, constituyendo posteriormente la República Turca del Norte de Chipre, que no está reconocida por la comunidad internacional.

El país, formado por un 78% de greco-ortodoxos y un 18% de musulmanes, ingresó en la Unión Europea en el año 2004. Desde principios de este año, se han vuelto a poner en marcha las negociaciones de cara a una eventual reunificación.

Por Anita Bourdin, traducción del francés por Inma Álvarez