Es necesario evangelizar con la televisión, explica el portavoz vaticano

Recuerda los 25 años del Centro Televisivo Vaticano

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo 21 de diciembre de 2008 (ZENIT.org).- “La misma esencia del cristianismo, el anuncio de Cristo, rostro de Dios, muestra la necesidad de evangelizar con las imágenes, y por tanto también con el vídeo y la televisión”, constata el portavoz vaticano.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, explica los motivos por los que el Papa Juan Pablo II creó hace 25 años el Centro Televisivo Vaticano (CTV), que él también dirige.

En el editorial del semanario Octava Dies, producido por el mismo CTV, el padre Lombardi explica que «la misión de la Iglesia es el anuncio del Evangelio, es comunicación, y por tanto no puede prescindir hoy del uso de la imagen, y específicamente también de la televisión”.

“Hace veinticinco años, Juan Pablo II decidía dotar a la Santa Sede de un instrumento televisivo propio, fundando el Centro Televisivo Vaticano, estructura pequeña pero con la importante misión de ‘contribuir al anuncio universal del Evangelio utilizando los instrumentos y los lenguajes típicos de la comunicación televisiva’”.

“Esto es lo que intenta hacer el CTV, siguiendo día a día el servicio eclesial del Santo Padre y las grandes celebraciones litúrgicas en el centro de la cristiandad. Benedicto XVI ha querido renovarnos su confianza animándonos a colaborar con todos aquellos que operan en el vasto mundo de las comunicaciones sociales con el mismo espíritu. Televisión para la Iglesia y para el Evangelio”, afirma.

La función del CTV se podrá constatar por ejemplo en los próximos días, pues con sus conexiones, permite que miles de millones de personas del mundo puedan ver parte o de manera completa las celebraciones presididas por el Papa con motivo de la Navidad.

“El tiempo de Navidad comprendemos de modo particularmente profundo la relación entre la imagen y el anuncio de la salvación. El Hijo de Dios encarnado es de hecho imagen del Dios invisible, y el Nuevo Testamento -como leemos en la primera Carta de Juan – narra lo que hemos visto con nuestros ojos”.

“En toda la historia la imagen se ha puesto al servicio del anuncio cristiano, desde las primeras pinturas de las catacumbas a los inmensos ciclos de frescos y a las vidrieras de las catedrales para la instrucción y la oración del pueblo, a impresión de grabados con argumentos evangélicos utilizados a veces también por los misioneros… hasta nuestros tiempos en que la fotografía y la televisión han originado una verdadera cultura o civilización de la imagen”, afirma el portavoz.

El centro no es una estación de televisión con una programación propia, sino un centro de producción que graba y pone a disposición de las televisiones de todo el mundo las imágenes de la actividad del Santo Padre en directo o grabadas, según los casos.

En un año, el CTV transmite en directo unos 230 acontecimientos y archiva unas dos mil horas de grabación.

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ZENIT Staff

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