SANTA CRUZ DE LA SIERRA, lunes, 20 abril 2009 (ZENIT.org).- Desde numerosas instancias se alzó en Bolivia una condena unánime del atentado contra la casa del cardenal Julio Terrazas, arzobispo de Santa Cruz de la Sierra y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, producido en la madrugada del 15 de abril pasado.

El ataque contra la residencia del cardenal en Santa Cruz de la Sierra fue perpetrado alrededor de las 0.30 hora local (04.30 GMT), momento en que el cardenal no estaba en la casa, y provocó destrozos en la puerta de entrada.

En conferencia de prensa en la catedral de Santa Cruz de la Sierra, el miércoles 15 de abril, los obispos auxiliares Sergio Gualberti, Braulio Sáez, Estanislao Dowlaszewicz y el padre Hugo Ara, vicario de Comunicación, dieron lectura a un comunicado de la Arquidiócesis de Santa Cruz, sobre el atentado.

"Como Iglesia de Santa Cruz de la Sierra -dice el comunicado--, rechazamos y deploramos el vil atentado, perpetrado en la madrugada de este miércoles 15 de abril, en contra del domicilio del cardenal Julio Terrazas, nuestro arzobispo y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana".

Según informa el comunicado, "no hubo daños personales, aunque si materiales. Gracias a Dios el Señor Cardenal no se encontraba en la casa, porque como había anunciado públicamente, gozaba de unos días de descanso en su tierra natal".

"Condenamos enérgicamente este hecho violento que, como toda violencia, atenta contra la dignidad y el derecho de las personas, más aun en este caso al tratarse de su eminencia el cardenal, que representa a toda la Iglesia Católica en Bolivia", añade el comunicado.

Así mismo afirma: "Exigimos que las autoridades competentes investiguen, identifiquen a los responsables, aclaren los móviles y apliquen la justicia".

El comunicado de la Arquidiócesis se solidariza con su "padre y pastor" y reafirma su "profunda comunión con su compromiso profético y valiente por la justicia, la libertad, la verdad, la defensa de la vida y la paz, que nace de su fidelidad al mandato del Evangelio".

En el nombre de Dios, el comunicado pide "a los autores de este delito y a quienes comparten la estrategia de la violencia que desistan de estos métodos irracionales y extremistas que engendran intranquilidad, desestabilizan y dividen al país".

Por su parte, también la Conferencia Episcopal Boliviana hizo público un comunicado el 15 de abril en el que "lamenta y rechaza vehementemente el atentado criminal de esta madrugada a la vivienda del Cardenal Julio Terrazas en la ciudad de Santa Cruz".

"Este hecho -añade la Conferencia Episcopal- refleja una actitud de intolerancia y el recurso a la violencia que atentan contra los principios de convivencia democrática en nuestro país. La violencia, como acción,  nunca es el medio aceptable,  no aporta soluciones en las relaciones humanas y es rechazada por Dios".

La Conferencia Episcopal pide "a las autoridades locales y nacionales extremar sus esfuerzos en el curso de las investigaciones para dar con los autores de este hecho y esclarecer las motivaciones y responsabilidades que llevaron a cometer este delito".

El comunicado afirma que "un atentado a la casa del Cardenal es también una afrenta contra su persona, su dignidad y su liderazgo a la cabeza de la Iglesia Católica en Bolivia, y, por tanto, contra la Iglesia Católica misma. Por ello la Conferencia Episcopal expresa su cercanía y solidaridad con el  señor cardenal Julio y sus allegados y les asegura sus oraciones".

Un atentado que no hará desistir a la Iglesia Católica de seguir "cumpliendo su labor evangelizadora y profética, rechazando toda forma de violencia y aportando los principios y valores humanos y cristianos que fortalecen el estado de derecho y el convivir pacífico entre bolivianos".

El comunicado está firmado por el arzobispo de La Paz Edmundo Abastoflor, vicepresidente de la CEB y el obispo de El Alto Jesús Juárez, secretario General de la CEB.

También el arzobispo de Cochabamba Tito Solari Cappellari hizo pública el 15 de abril una declaración en la que afirma: "Es un hecho que denunciamos y condenamos con firmeza. Denunciamos el daño material y mucho más el moral".

Según monseñor Solari "este gesto va a profundizar la división entre los bolivianos. ¡Y nos duele en el alma!". "Es además un gesto que ofende a Dios, que es todo amor".

Tras mostrar su cercanía y solidaridad con el cardenal Terrazas, monseñor Solari advierte que "nuestra vocación de anunciar la verdad de Jesucristo ciertamente no va a ser ofuscada y callada por gestos de violencia. Desde el Evangelio seguiremos acompañando a la comunidad humana en la búsqueda de la verdad y del bien común".

Y concluye animando "a todos a la unidad, al coraje del testimonio y a mantener la serenidad".

Por su parte, el nuncio apostólico en Bolivia, el arzobispo Giambattista Diquattro, expresó su preocupación por el atentado y manifestó su pesar por el clima de violencia y el temor desatado no sólo en Santa Cruz sino también en el país.

Por Nieves San Martín