Los jóvenes sí se confiesan

TOLEDO, martes, 22 junio 2009 (ZENIT.org).- Si a los jóvenes se les ofrece la posibilidad de acercarse a Jesucristo, la aprovechan. Y si es a través del sacramento de la Penitencia, también.

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En tiempos recios, cientos de muchachos y muchachas españoles han acudido a rezar, a confesarse y a contemplar el Sagrado Corazón de Jesús. Ocurrió el pasado sábado por la noche, en una vigilia que reunió a tres mil jóvenes en vísperas a la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús que tuvo lugar el pasado domingo en El Cerro de los Ángeles, el corazón geográfico de España y un lugar de profundo significado espiritual.
 
En esta entrevista, el padre José María Alsina, sacerdote diocesano de Toledo, perteneciente a la Hermandad de Hijos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón y consiliario nacional de Jóvenes por el Reino de Cristo (JRC), sección juvenil del Apostolado de la Oración, revela el por qué la juventud sigue queriendo acercarse a Jesús en la Penitencia.
 
–Esperaban a 500 jóvenes en la vigilia y aparecieron más de 2000. Cuándo el Señor llama, ¿los jóvenes responden?
 
–P. Alsina: No sabíamos muy bien cuántos jóvenes iban a acudir. La convocatoria que se realizó desde JRC y que tuvo como cobertura el Departamento de Juventud de la Conferencia Episcopal Española se hizo hace muy poco tiempo, además estamos en España en tiempo de exámenes para los universitarios. Estos factores nos hacían pensar que podrían venir entre 500 y 1000 jóvenes.  Pero el Espíritu Santo «sopló» y llegada la noche apareció una riada de muchachos y muchachas, de toda España que respondieron a una llamada a la oración.
 
Estamos impresionados, no por la cantidad, sino por la calidad de la gente que venía. Sólo empezar la vigilia se creó un ambiente de recogimiento y de  encuentro personal con el Corazón de Cristo. Me impresionó constatar que durante los turnos de adoración eucarística que se tuvieron a lo largo de la noche no bajaron de doscientos jóvenes que como «centinelas del mañana» velaron junto a Jesús Eucaristía acompañados de sus sacerdotes.
 
–No hubo grandes actos, sólo los chicos, cara a cara con el Señor.
 
–P. Alsina: Cuando le presentamos al cardenal de Madrid nuestra propuesta de una Vigilia Juvenil con la que se prepararía la Consagración del día siguiente nos preguntó qué queríamos hacer, y respondimos que nada más que poner a los jóvenes delante de Jesucristo, nada más. Estar allí, ante el Santísimo, de corazón a corazón con Cristo.
 
Es el Señor el que ha movido esto. Es totalmente claro que fue el Espíritu Santo. La Vigilia y la Misa de Consagración del día siguiente fue un auténtico cenáculo donde todos palpamos la presencia del Espíritu Santo.
 
–Esta vigilia no fue de un movimiento sino que aglutinó a gente distinta, de colegios, parroquias, grupos juveniles… no siempre es fácil, conseguir tanta unión.
 

–P. Alsina: Sí, JRC ha invitado, pero los que lo han hecho suyo son los movimientos, también había muchos sacerdotes de parroquias. Esto no ha sido un acto de JRC, sino que ha tenido un eco en realidades muy diversas de la vida de la Iglesia en España y de muchas parroquias. Ha sido sin duda una experiencia de comunión muy hermosa.
 
Un detalle significativo es que se vieron bastantes religiosas jóvenes, vocaciones españolas y de distintas congregaciones e institutos.
 
Fue ciertamente una expresión de fe de cientos de muchachos y más de 100 sacerdotes jóvenes venidos de toda España y que estuvieron toda la noche administrando el sacramento de la penitencia a los jóvenes que permanecieron en vela.
 
–Por la noche hubo confesiones sin cesar. ¿Se lo esperaban?
 
–P. Alsina: Desde e principio se dijo a los sacerdotes que se pusieran a confesar. Se invitó a los jóvenes a ir a la mañana siguiente a la Consagración reconciliados por el sacramento que lava, que purifica, y sí, hubo sacerdotes confesando sin parar, toda la noche.
 
Si hay algo que se muestra con esto es que el sacramento no está obsoleto sino que obtiene respuesta especialmente entre los jóvenes cuando se les ofrece, pues ellos buscan el encuentro personal con la misericordia del Señor.
 
El sentido de la vigilia fue también vincular el encuentro del sacramento con el mensaje de la consagración: ponerse en manos de un Dios que te perdona y que te quiere.
 
–Los jóvenes rompieron el silencio de la oración nocturna con aplausos. Fueron para dos testimonios. ¿Qué les dijeron?
 
–P. Alsina: Pudieron presenciar dos testimonios. Uno de un seminarista japonés que estudia en Toledo. Contó su conversión, como fruto del encuentro con un joven español en Canadá, y fue conmovedor cuando relató que él al principio no sabía rezar, pero le decía a Jesús una sola cosa: «Te quiero Jesús, te quiero». Ignacio Noriyasu, que así se llama, nos dijo que ahora estudiaba en un Seminario en Toledo. Ante estas palabras todos los jóvenes emocionados empezaron aplaudir.
 
Otro testimonio fue de Mercedes, una joven tetrapléjica que venía de Barcelona. Hizo una bonita oración ante el Corazón de Jesús en la Eucaristía, dando gracias por la vida, por haberle conocido, por saber que estaba allí, y pidió por las  madres que no aceptan a sus hijos, rezó para que los acepten aunque tengan dificultades. También pidió por los enfermos que quieren tirar la toalla, y contó como la fe le hace llevar con alegría y paz su enfermedad.
 
También se comentó a los jóvenes que varios monasterios femeninos de toda la geografía española pasaron toda la noche en vela unidas a los jóvenes rezando.
 
–Tuvieron el privilegio de contemplar las reliquias de santa Margarita Alocoque. ¿Cómo resuenan en los jóvenes las revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús ?
 
–P. Alsina: Sí, la santa estaba allí. Tuvimos las reliquias en el templo. El mensaje dado por el mismo Jesús a esta Santa es de una gran actualidad. Santa Margarita nos pone delante de un Corazón, el del mismo Dios, que ama con locura y que no recibe a cambio más que desprecio e ingratitud por parte de los hombres y por eso espera y «necesita» de nuestra respuesta de Amor muy especialmente en la Eucaristía.
 
–¿Cuál es el significado espiritual del Cerro de los Ángeles?
 
-P. Alsina. El Cerro de los Ángeles es un lugar de oración, de reparación al Corazón de Jesús. En este lugar España se consagró al Sagrado Corazón en el año 1919 y con la fundación del Carmelo por Santa María Maravillas adquiere una dimensión de reparación y consuelo para Jesús por todas los pecados que se cometen en España.
 
Es además un lugar de esperanza. En el centro geográfico de España, la imagen del Corazón de Jesús nos recuerda que El está con nosotros y que como prometió al P. Bernardo de Hoyos, próximamente beatificado, «reinaría en nuestra patria con especial veneración».
 
–Esta vigilia es entonces una buena antesala para la Jornada Mundial de la Juventud…
 
–P. Alsina. Esta vigilia nos ha mostrado dos cosas: que los jóvenes buscan y quieren estar con Cristo, en el silencio y la Eucaristía y en la Penitencia.
 
Por otro lado, se ha visto el deseo de encontrarse con otros jóvenes que buscan a Cristo. No sólo fue una noche de oración personal, sino que vinieron a encontrarse con otros que iban a rezar, y esta será la experiencia de la Jornada Mundial de la Juventud, un encuentro personal con Cristo, pero también y comunitario y universal.
 
Creo que es un pistoletazo de salida para Madrid 2011 y una experiencia muy importante de cómo cuando los jóvenes son convocados a la oración, responden de verdad.

Pueden verse testimonios de la vigilia en:

http://www.populartv.net/index.php/PopularTV/ver-programa/vigilia_con_motivo
_del_90_aniversario_de_la_consagracion_de_espana_al_coraz/

 
Por Miriam Díez i Bosch

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ZENIT Staff

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