La Congregación para los Santos cumple 40 años (I)

Entrevista con el cardenal José Saraiva Martins, prefecto emérito

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 26 junio 2009 (ZENIT.org).- Se están cumpliendo los cuarenta años de la creación de la Congregación para las Causas de los Santos, dicasterio que surgió de la evolución de la Congregación de los Ritos, nacida en 1588.

Después del Concilio Vaticano II, el Papa Pablo VI, dentro de una reestucturación de algunos organismos de la Curia Romana, dividió este dicasterio: nacían así hace cuatro décadas las congregaciones, para el Culto Divino y para la Causa de los Santos.

Pablo VI estableció que la principal tarea de la Congregación para la Causa de los Santos debería ser la de explorar, por medio de documentos, favores y milagros, la santidad de aquellos candidatos a la beatificación y la canonización, con la ayuda de una comisión de expertos, entre científicos e historiadores.

El cardenal José Saraiva Martins, C.F.M, portugués, fue nombrado por Juan Pablo II en 1998 como prefecto de esta congregación, cargo que desempeñó hasta el año pasado, es miembro de algunos otros dicasterios y oficinas de la Curia Romana como las congregaciones para el Culto y la de los Obispos, el Consejo Pontificio para la Salud, y la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano.

Ahora que es prefecto emérito de la Congregación para las Causas de los Santos, a sus 77 años, el Papa Benedicto XVI le pide con frecuencia presidir las ceremonias de beatificación en los cuatro rincones del planeta.

Mayor contacto con la santidad

En diálogo con ZENIT, el purpurado confiesa que entre los muchos cargos que ha tenido dentro de la Santa Sede éste ha sido para él de especial importancia, “porque uno aprende a conocer mejor a la Iglesia en su realidad más íntima y profunda sobre la santidad”.

Durante la década que trabajó en este dicasterio tuvo que estudiar 1320 biografías entre santos y beatos, “un ejército de santos”, asegura.

“Los beatos y los santos son todos diferentes. Son todos extremadamente interesantes. Tienen un punto de vista particular según su vida y su personalidad” dijo el purpurado.

Un trabajo apasionante y a la vez exigente: “Las mañanas estaban copadas, no había tiempo ni siquiera para tomar un café”, recuerda.

Asegura que uno de los frutos del trabajo de esta Congregación ha sido la ampliación de los procesos de canonización y beatificación, hasta el punto de que durante el pontificado de Juan Pablo II han sido elevados a los altares más santos y beatos que en el resto de la historia.

Desde 1588 hasta 1978 habían sido proclamados en total 808 beatos y 296 santos. Juan Pablo II en cambio aprobó 1.353 beatificaciones y 482 canonizaciones. Durante la prefectura del cardenal Saraiva, 1.108 siervos de Dios fueron proclamados beatos y 217 beatos fueron canonizados.

De esta manera, asegura el purpurado, se ha “ampliado muchísimo la geografía de la santidad”

“La santidad no es europea, es universal. Todos pueden ser santos cualquiera sea la etnia o posición social a la que pertenezcan. Han sido canonizados africanos, americanos. Por ejemplo, ha sido canonizado el primer brasilero, Fray Galvão. Brasil es el país con mayor número de católicos en el mundo y no tenía ningún santo”, asegura el cardenal.

La Congregación para la Causa de los Santos cuenta con unos 30 funcionarios, entre el perfecto, el secretario y el subsecretario. Muchos otros expertos colaboran para estudiar las biografías de los propuestos para ser canonizados.

“Hay 300 postuladores, y muchísimos interlocutores del dicasterio. Hay muchos consultores, historiadores, médicos… Los otros dicasterios vaticanos no tienen esta multitud de gente”, dice el cardenal.

Historias que conmueven

Dentro de las muchas biografías que estudió el prefecto emérito, una de las que más lo ha conmovido ha sido la de Edith Stain, la filósofa judía que a los 19 años recibió el sacramento del bautismo y a los 41 años ingresó a la orden del Carmelo. Fue asesinada en un campo de concentración de Auschwitz durante la segunda guerra mundial.

“Era una mujer de un gran pensamiento pero con una sensibilidad espiritual bíblico- teológica. Una mística extraordinaria», subraya el cardenal Saraiva.

Otras figuras que han impresionado al purpurado son la causa de Papa Juan XXIII, San Pío de Pietrelcina, la beata Teresa de Calcuta, San Josemaría Escriva y los esposos Marie Zélie Guérin (1831-1877) y Louis Martin (1823-1894), padres de Santa Teresita del Niño Jesús.

“Es la primera vez en la historia de la Iglesia que eran beatificados dos padres que tienen una hija canonizada. Y la segunda pareja beatificada conjuntamente como pareja. Llevé este caso con mucho entusiasmo”, testimonia el cardenal Saraiva.

Cuenta el presidente emérito de la Congregación para la Causa de los Santos que una vez el papa Juan Pablo II le confesó que éste era el dicasterio más significativo para la Iglesia: “Si la santidad es la única cosa importante de la Iglesia, el dicasterio que estudia la santidad es el más bello”, concluye el purpurado.

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ZENIT Staff

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