NZEREKORE, lunes 8 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- Enfrentamientos tras una discusión entre cristianos y musulmanes en la ciudad guineana de Nzerekore provocaron este viernes y sábado dos muertos y una cuarentena de heridos.
Los incidentes estallaron a raíz de una banal discusión entre una mujer de etnia Guerzé, cristiana, que insistió en atravesar la calle que la policía había cerrado para permitir la oración a los fieles musulmanes, de etnia Malinké, que no habían encontrado lugar en la mezquita vecina.
La discusión degeneró en enfrentamientos entre las dos etnias, que duraron varios días. Las autoridades impusieron un toque de queda.
Una delegación del Gobierno viajó a Nzerekore y se reunió con líderes cristianos y musulmanes.
Sobre las causas de fondo de esta situación, la agencia de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Fides, citó una fuente local según la cual “las tensiones provocadas por las condiciones de desarrollo del área se encuentran en la base de los enfrentamientos de Nzerekore.
“Un banal incidente de circulación que provoca una explosión de violencia pone en evidencia la degradación de la vida social de Guinea y en particular de esa zona del país”, añadió.
El diario Newstime Africa informó que “primero se pensó que era un conflicto religioso”, pero después “la situación ha dado un nuevo giro, ya que el centro de la crisis se sitúa en la ciudad natal del líder exiliado de la Junta acusada de crímenes de lesa humanidad Moussa Dadis Camara.
Éste líder de Guinea se encuentra actualmente en Burkina Faso, tras llegar a un acuerdo para devolver el país a una administración gobernada por un civil.
El Tribunal Penal Internacional ha expresado recientemente su intención de iniciar investigaciones sobre la masacre del 28 de septiembre, que dejó 157 muertos.
Informaciones llegadas desde algunos Estados del país, señalarían que la mayoría cristiana que apoya a Moussa Dadis Camara parecía dispuesta a atacar a los musulmanes en la ciudad.
Por otra parte, según Fides, las tensiones políticas de los últimos meses en Guinea han suscitado conflictos entre los malinké, musulmanes originarios de Malí, y los guerzé, cristianos.
Estas tensiones están ligadas al reparto de las tierras y los recursos y han aumentado porque durante unos veinte años, durante el periodo de gobierno del presidente Lansana Conté, la Guinea Boscosa donde se encuentra Nzerekore fue abandonada a sí misma.
Allí no hay infraestructuras ni carreteras asfaltadas; para recorrer los mil kilómetros que separan la ciudad de la capital, Conakry, hacen falta veinte horas. Tampoco existe un programa de desarrollo real.
La única actividad económica avanzada es la que realizan las multinacionales. La zona está en vías de deforestación debido a la tala masiva de árboles por parte de una compañía china, mientras que una empresa americana explota los yacimientos de hierro.
La agencia Fides indicó que para comprender las causas de la reciente violencia (además de la última, hubo también en 2006 y 2007) “es necesaria una clave de lectura más profunda que una simple descripción de “enfrentamientos entre cristianos y musulmanes”.