Monseñor Vegliò invita a valorar el mundo de los marinos

“Realidad a menudo ignorada y dada por descontada”, afirma

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ROMA, martes 9 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- En el que ha sido proclamado por el Consejo de la Organización Marítima Internacional (OMI) «Año del mundo marítimo», monseñor Antonio Maria Vegliò, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral con Migrantes e Itinerantes, ha exhortado a valorar la figura de los marinos, a menudo olvidados por la sociedad.

El prelado abrió este lunes el Encuentro de los Coordinadores Regionales del Apostolado del Mar (AM) y de su Comité Internacional para la Pesca. El encuentro terminará mañana 10 de febrero, en la sede del dicasterio en el Palacio San Calixto, en el Vaticano.

«Como sabemos, hay 1,5 millones de marinos que proveen cada día a las necesidades cotidianas de más de 6.500 millones de ciudadanos del mundo, una realidad por desgracia ignorada y dada por descontada por la mayoría de la humanidad”, afirmó monseñor Vegliò en su discurso.

«Este año especial dará a la comunidad internacional la oportunidad de constatar públicamente la importancia y la unicidad de la contribución aportada por los marinos al bienestar de la sociedad, y de reconocer el riesgo que corren en el ejercicio de su profesión, en un ambiente a menudo peligroso”.

En 2010 más que nunca, añadió, el AM “debe unir sus esfuerzos a los de la OMI con iniciativas y actividades, renovando su compromiso a estar atentos a las necesidades de los marinos y de sus familias, asegurándose de que tengan condiciones de trabajo y de vida decentes, y que sean asistidos cuando son abandonados en puerto».

Los marinos, subrayó, “deben tener la posibilidad de bajar a tierra también allí donde las medidas de seguridad son más rígidas, deben ser protegidos cuando trabajan en zonas infestadas de piratas y no deben ser injustamente criminalizados”.

90 años de apostolado

En su intervención, monseñor Vegliò recordó que este año se cumple también el 90º aniversario del Apostolado del Mar (AM), cuyo primer encuentro se realizó en Glasgow (Escocia) el 4 de octubre de 1920, cuando «un pequeño grupo de laicos y un hermano religioso se reunieron, aún por así decir “en alta mar”, para establecer la misión exacta de esta organización recién nacida, a favor de los marinos católicos».

En aniversario, explicó, quiere ser sobre todo «una ocasión para volver a encontrar el espíritu original y el entusiasmo que guió a los fundadores” y una invitación a “reflexionar sobre los elementos básicos y fundamentales de nuestro apostolado, a desarrollar nuevas estrategias pastorales en armonía con nuestra tradición y a mejorar las estructuras del AM para continuar, con eficacia, el trabajo de la Obra del Apostolado del Mar en los años por venir”.

Reconociendo que el AM “deberá afrontar una navegación algo movida”, el prelado exhortó a “aumentar la sensibilidad de las Conferencias Episcopales” y a “implicar mayormente a las Iglesias locales en el cuidado pastoral de la gente del mar y de sus familias”.

Entre las dificultades afrontadas por este apostolado, citó en primer lugar la “disminución del número de sacerdotes y personas consagradas dispuestas a asumir responsabilidades y a dar asistencia espiritual al AM”.

De la misma forma, es dañina la disminución de las ayudas financieras por parte de organizaciones caritativas para actividades de asistencia, que junto a la crisis económica mundial “ha obligado a mucho centros para marinos a cerrar o a reducir considerablemente sus actividades”.

En este contexto, concluyó, es necesario «experimentar nuevas vías y modos para sostener nuestro ministerio, pero también, donde sea posible, favorecer la cooperación ecuménica compartiendo recursos y colaborando más con organizaciones marítimas civiles para la asistencia».

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ZENIT Staff

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