ARMAGH, miércoles 17 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- En el día de la fiesta de san Patricio, el cardenal Seán Brady, primado de Irlanda, exhortó a la Iglesia a asumir la responsabilidad por los abusos cometidos en el pasado por los miembros del clero y a considerar este momento difícil como la ocasión para «un nuevo inicio».
En la homilía de la misa que presidió en la catedral de Armagh, ciudad de la que es arzobispo, con motivo de la fiesta del patrono nacional, el cardenal subrayó que «Irlanda y su pueblo tienen muchos motivos por los cuales sentirse orgullosos», recordando «la enorme contribución de esta nación a la fe y a la herencia cristianas en el mundo».
«Toda tierra y su pueblo, sin embargo, tienen momentos de vergüenza», reconoció. «Siempre se da una tensión entre las posibilidades a las que aspiramos y nuestra memoria herida y los errores del pasado».
También san Patricio «experimentó esta tensión en su vida». «Si bien llevaba la alegría y la vida del Evangelio al pueblo irlandés, estaba atenazado por los pecados de su pasado», hasta el punto de que se definía «un pecador y el último de todos los fieles».
Todos nosotros, añadió el purpurado, que es también presidente de la Conferencia Episcopal Irlandesa, «experimentamos esta tensión entre ser llamados a seguir a Jesús, a vivir sus valores, y la realidad de nuestra naturaleza de pecado».
En este contexto, «hay auténtica libertad cuando se reconoce humildemente la verdad plena de nuestro pecado».
El cardenal Brady recordó un «episodio doloroso» de su pasado, que ha vuelto a salir a la luz de la opinión pública en estos días. Muchas personas le han acusado de haber encubierto un caso de pederastia de un sacerdote acaecido en los años sesenta y han pedido su renuncia al gobierno pastoral (Cf. ZENIT, 16 de marzo de 2010).
«Quiero decir a toda persona que haya quedado herida por cualquier error mí que pido perdón con todo el corazón –declaró–. Pido perdón también a todos los que se han sentido decepcionados por mí. Mirando al pasado, me avergüenzo por no haber mantenido los valores que profeso y en los que creo».
Necesidad de renovación
Para el cardenal la Iglesia en Irlanda vive «momentos cruciales». «Creo firmemente que Dios nos está llamando a un nuevo inicio, a un momento de energía, de reforma y renovación, siguiendo el ejemplo de Patricio», comentó.
«Espero con impaciencia la carta pastoral del Papa Benedicto XVI a los fieles de Irlanda como una fuente importante para esta renovación», confesó.
Precisamente este miércoles, en sus saludos al final de la audiencia general, el Papa reveló que firmará la carta el 19 de marzo, fiesta de san José.
La renovación, explicó el cardenal Brady, «comienza con una sincera escucha de la Palabra de Dios» y continúa con la escucha «del Espíritu como fuente de nuestra renovación».
Del mismo modo, «tenemos que continuar afrontando con humildad la enormidad del dolor provocado por los abusos contra menores por parte de algunos miembros del clero y la respuesta totalmente inadecuada a estos abusos que se ha dado en pasado».
Según el pupurado, los dos años que faltan para la celebración del próximo Congreso Eucarístico Internacional, programado en Dublín en 2012, deben implicar «un reconocimiento sincero, total y honesto de nuestro pecado».
«Como obispos debemos reconocer nuestros fallos», constató. «La integridad de nuestro testimonio del Evangelio nos debe llevar a confesar toda gestión equivocada y todo encubrimiento de abusos contra menores de edad y a asumirnos la responsabilidad».
«El Señor nos llama a un nuevo inicio. Ninguno de nosotros sabe adónde nos llevará».
En el próximo período pascual, el purpurado admitió que rezará mucho «para discernir la voluntad del Espíritu Santo».
«Reflexionaré sobre lo que he escuchado de le las personas que han quedado heridas por los abusos», concluyó. «Rezad por las víctimas. Rezad por la Iglesia. Rezad por mí».
Por Roberta Sciamplicotti