ROMA, martes 30 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- Actualmente, en Occidente, son numerosos los que ven la religión como algo anticuado y la ridiculizan, una actitud que conduce a la “discriminación”.

Lo señaló el representante permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y las instituciones internacionales en Ginebra, monseñor Silvano Tomasi, en una entrevista realizada el 24 de marzo en Radio Vaticano.

En Occidente, “la religión se ve como algo anticuado, que impide el desarrollo y el progreso científico”, dijo.

“Todavía hay muchos funcionarios -incluso en la Unión Europea- y grupos y corrientes de pensamiento que ven en la religión un obstáculo para la modernidad”, añadió.

“Esta actitud incita después a discriminar a la mayoría de la población creyente -denunció-. Me parece que una cultura pública occidental que ridiculice la religión no hace un buen servicio, sino que crea problemas para su futuro”.

En la entrevista, el prelado quiso reafirmar “el derecho de la persona a la libertad religiosa” y lamentó que los cristianos sean hoy “los más discriminados”.

Se refirió a la defensa de la libertad religiosa y recordó que “la comunidad internacional debe asumir una responsabilidad, tratando estas cuestiones de manera sistemática”.

También recordó la importancia de los medios de comunicación y de la educación, evitando por ejemplo los manuales o textos escolares “que apoyan las posiciones fundamentalistas o incitan al odio de las demás religiones”.