CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 24 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- Una Conferencia Episcopal para las cinco naciones de la región de Escandinava. Una zona donde los católicos se encuentran en crecimiento debido a las migraciones procedentes de Polonia, Letonia y América Latina, África y Medio Oriente.

Sus obispos se encuentran de visita ad Limina Apostolorum en Roma. Ante los micrófonos de Radio Vaticano el presidente de esta conferencia episcopal, monseñor Anders Arborelius, obispo de Estocolmo, ilustró la realidad de las diócesis de esta región del norte de Europa, extensa en territorio pero pequeña en cuanto al número de fieles.

Son 12 las diócesis con cerca de 300.000 fieles para estos cinco países. En Dinamarca, los católicos representan un 0,7 %, en Finlandia un 0,2 %, en Islandia 2,6 %, en Noruega 1,3 % y en Suecia un 2 %.

“En una pequeña parroquia se pueden encontrar fieles de 50 o más nacionalidades”, asegura el prelado. “Todo esto, naturalmente nos pone un reto constante: ayudar a estos fieles a crecer en unidad”, indica.

Evangelización

Según los datos ofrecidos por la página de la Conferencia Episcopal Escandinava, en los cinco países hay un total de 167 sacerdotes y 28 diáconos permanentes, 11 religiosos y 560 religiosas.

Por ello el papel de los laicos es tan significativo: “son muy importantes y en muchos lugares son muy activos”, indica monseñor Arborelius.

“La mayor parte de los catequistas son laicos”, señala. Y destaca la labor evangelizadora que llevan a cabo, diciendo que gracias a ellos: “la Iglesia y la fe pueden ser más conocidos y aceptados por los católicos”. Indica que los laicos son importantes para otras tareas: “en la liturgia y en la obra de las parroquias”.

El prelado se refirió también a la situación vocacional: “al ser nuestros países de inmigración, no tenemos nunca suficientes vocaciones autóctonas para asistir a quien llega aquí”.

“De todas maneras”, dice “cada año es ordenado algún sacerdote y el número de las vocaciones en los monasterios de vida contemplativa son bastante buenos”, agrega el obispo.

“En cuanto a los institutos religiosos femeninos de vida activa hay un número muy bajo de vocaciones”, indica.

El presidente de la Conferencia Episcopal Escandinava se refirió también a los desafíos que enfrenta en cuanto al diálogo interreligioso: “por ejemplo: cuando la iglesia luterana de Suecia reconoció los matrimonios homosexuales fue un momento trágico para el ecumenismo en nuestro país”, no obstante asegura que es necesario “continuar buscando terrenos comunes de diálogo”.

También ilustró la relación con la Iglesia ortodoxa y con las Iglesias orientales: “Diría que hay numerosos signos positivos del frente ecuménico, pero debemos ser conscientes del hecho que existen muchas dificultades nuevas, sobre todo en cuestiones éticas”.

Asegura en cambio, que con la comunidad judía “tenemos óptimas relaciones, por ejemplo en Suecia, donde los católicos y judíos han vivido la misma historia de minoría y de lucha por la patria y por los derechos”.

Familia, santuario de vida

Este año, dicha conferencia episcopal tiene un reto grande: el Congreso Nórdico de Familias Católicas, que se realizará del 14 al 16 de mayo en Jönköping, Suecia: “Para nosotros la familia es siempre lo más importante de nuestra sociedad, donde está muy débil y pensamos que poner la familia en el primer puesto es también un trabajo de evangelización”, dijo monseñor Arborelius.

“Esperamos que este Congreso ayude a nuestros fieles a darse cuenta del valor de la visión cristiana de la familia y del sacramento del matrimonio en una sociedad tan marcada por una ideología individualista, y que tiene ideas tan diversas sobre el concepto de la familia”, expresó el prelado.

Por Carmen Elena Villa