HONG KONG, jueves 18 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- El obispo emérito de Hong Kong propuso el ejemplo del cardenal Ignatius Kung Pin-mei, afirmando que sigue siendo un modelo para los obispos de China diez años después de su muerte.
El cardenal Joseph Zen Ze-kiun ofreció una misa, en la que participaron unos cuarenta fieles, en memoria del difunto cardenal Kung el pasado 12 de marzo. Éste, que era obispo de Shanghai, murió el ese día en el año 2000, en Estados Unidos.
El cardenal Zen propuso al difunto como modelo para los obispos chinos, a la hora de resistir las tentaciones.
"Casi todos los obispos chinos de las comunidades abiertas han sido reconocidos por el Papa ..., pero algunos de ellos no han regresado, e incluso algunos han declarado su apoyo a una Iglesia independiente y autónoma", el reflexionó el cardenal Zen. “Algunos de ellos están luchando, dudan, a causa de las tentaciones y presiones".
Si bien reconoce que estos obispos no puede ser juzgados o criticados y reconocer que "no hemos vivido sus dificultades", el cardenal animó a rezar por los obispos chinos, para que "puedan seguir el modelo del cardenal Kung”.
El cardenal Kung murió en Stamford, Connecticut, a los 98 años. Sufrió más de 30 años de prisión en China por su fidelidad al Papa.
En 1988, el Gobierno chino le permitió viajar a Estados Unidos para recibir tratamiento médico; había estado en libertad condicional y puesto bajo arresto domiciliario en 1985, a la edad de 86 años.
El cardenal permaneció en Estados Unidos con su sobrino hasta su muerte. El Papa Juan Pablo II le nombró cardenal in pectore en 1979, cuando aún estaba en prisión.