Los católicos iraquíes responden a la violencia con una nueva escuela

El arzobispo de Mosul afirma la excelencia de la educación de la Iglesia

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MOSUL, miércoles 24 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- Frente a la violencia en curso contra los cristianos en Irak, el arzobispo de Mosul de los Caldeos está construyendo una nueva escuela como un signo de esperanza para la gente.

El arzobispo Emil Shimoun Nona, de 42 años, que fue nombrado cabeza de la archieparquía en enero, declaró sus planes en una carta el mes pasado.

“El asesinato y la persecución de los católicos en Irak, especialmente en la ciudad catedralicia de mi diócesis, Mosul, ha llevado a una crisis social y espiritual”, afirmó.

El prelado añadió: “Sirvo a las necesidades de las personas desplazadas y desmoralizadas”.

Muchos católicos han perdido la vida. Miles de personas han perdido sus hogares, sus medios de subsistencia, y la comodidad de una familia cercana, ya que se han visto obligados a huir y buscar refugio en otros lugares”. “Los que quedan están viviendo con miedo”.

Señaló que con “la esperanza”, que asumió como lema de su obispado, “la esperanza que con la fuerza y la gracia que nos llegan continuamente a través de nuestro Señor Jesucristo, la comunidad católica caldea, y todas las comunidades de la Iglesia de Oriente prosperarán una vez más”.

“Como diócesis, y comunidad, tenemos que reconstruir todo”, dijo el arzobispo.

Este proceso de reconstrucción se iniciará con una nueva escuela, afirmó, en “el antiguo pueblo católico caldeo de Karmless”.

Este pueblo, explicó “se encuentra en una zona segura de la diócesis, y está repleta de desplazados internos católicos que se han refugiado allí”.

El arzobispo Nona envió una solicitud de ayuda “para construir esta escuela diocesana nueva, con el nombre de nuestro patrono Mar Adday”.

Señaló que el inicio de la escuela se llevará a cabo en enero, y que se propone dar “acoger a estudiantes de todas las religiones, cristianos, musulmanes y yazidis, de Karmless y alrededores”, en otoño de 2011.

El prelado expresó la esperanza de que este proyecto ayudará a las personas mediante la creación de más puestos de trabajo, pero también dando a los católicos “una oportunidad de hacer algo en lo que nos destacamos”.

“La educación ha sido un carisma de nuestra Iglesia desde su fundación –señaló–. En el 350 dC, en la ciudad de Nisibis, nuestros antepasados directos fundaron la primera universidad del mundo”.

“Desde entonces –señaló el arzobispo- hemos creado cientos de escuelas y universidades, y han sido reconocidas por sus aportes significativos a la cultura y la sociedad iraquíes”.

“En medio de la guerra actual y sus efectos posteriores, tenemos dos escuelas autosuficientes con éxito, en Bagdad”, dijo.

“Ambas escuelas tienen inscripciones que son al menos en el 60% de musulmanes, y ambas son profundamente católicas en su identidad, algo que contribuye a servir a la más numerosa mayoría islámica”, informó el arzobispo Nona.

Asimismo, subrayó la “obligación de proporcionar una educación católica a nuestros jóvenes, para enseñar el mensaje de salvación de Cristo, para inculcar virtudes de  caridad, autoestima y respeto a los demás”.

“Somos una comunidad resistente –dijo el prelado- y deseosos de prosperar aquí en Irak”.

Lanzó una petición de ayuda para “cumplir nuestra esperanza” a través de “Nuestra Santísima Madre, consuelo de los afligidos y Reina de la Paz”.

Hank y Diane McCormick, una pareja de misioneros que trabajan en el norte de Irak para ayudar a los cristianos de Oriente Medio, en declaraciones a ZENIT dijeron que “la comunidad católica iraquí está disminuyendo, y necesita ayuda inmediata para sobrevivir”.

Explicaron que “los obispos locales y sacerdotes se han concentrado en la necesidad inmediata de las escuelas como la mejor forma de apoyar a la comunidad por razones muy prácticas: Un equipo completo está disponible para gestionar las escuelas, las escuelas ofrecerán empleo inmediato, una vez construidas serán autosuficientes, y están acogiendo a otras comunidades religiosas, incluidos los musulmanes”.

El arzobispo Nona, cuyo predecesor fue secuestrado y asesinado en 2008, dijo que si la situación no mejora, la comunidad cristiana antigua desaparecerá.

Sin embargo, poco después de que fuera constituído cabeza de la archidiócesis de Mosul, afirmó: “Mi nueva misión es ofrecer esperanza y confianza a los cristianos de Mosul, que tomen conciencia de la presencia de un padre y un ministro a su lado en su presente difícil situación”.

El prelado dijo: “Lo único a lo que los fieles siguen adhiriéndose es la Iglesia”.

“Por esta razón, la Iglesia, representada en la persona del obispo, tiene que cuidar a sus fieles y ayudarles a sentirse seguros a través de su presencia en ellos y entre ellos”, concluyó.

Para saber más: www.charityandjustice.org.

Por Genevieve Pollock, traducido del inglés por Nieves San Martín
 

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ZENIT Staff

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