“No hubo encubrimiento alguno” por parte del Papa en el caso Murphy

Respuesta al caso del sacerdote que abusó de niños con deficiencia auditiva

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 25 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- «No hay encubrimiento alguno», asegura el diario vaticano en su respuesta a un artículo del «New York Times», que trata de implicar a la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuando tenía por prefecto al cardenal Joseph Ratzinger, con el gravísimo caso de un sacerdote estadounidense acusado de abusar sexualmente de niños con deficiencias auditivas.

Se trata del grave caso del sacerdote Lawrence C. Murphy, responsable de abusos cometidos sobre menores de edad en un centro especializado católico, donde trabajó entre 1950 y 1974. Este caso, como explica el mismo diario neoyorquino, fue presentado mucho después, en 1996, por la arquidiócesis de Milwaukee, a la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuyo prefecto era el cardenal Ratzinger y su secretario el entonces arzobispo Tarcisio Bertone, hoy cardenal secretario de Estado.

Como ha explicado una nota publicada por el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, la arquidiócesis estadounidense no presentó el caso por denuncias de abusos sexuales del sacerdote, una cuestión que para la justicia estadounidense había sido archivada años atrás, sino por violación del sacramento de la penitencia, perpetrada a través de solicitaciones sexuales en el confesonario, delito castigado por el canon 1387 del Código de Derecho Canónico.

«Como puede deducirse fácilmente leyendo la reconstrucción realizada por el ‘New York Times’, sobre el caso del padre Murphy no hubo encubrimiento alguno», asegura «L’Osservatore Romano» en la edición del 26 de marzo.

«Lo confirma la misma documentación que complementa el artículo del diario estadounidense», añade «L’Osservatore Romano», «en la que aparece la carta que el padre Murphy escribió en 1998 al entonces cardenal Ratzinger pidiendo que la investigación canónica fuera interrumpida a causa de su grave estado de salud». De hecho murió pocos meses después en estado de aislamiento.

«También en este caso la Congregación respondió, a través del arzobispo Bertone, invitando al arzobispo de Milwaukee a aplicar todas las medidas pastorales previstas por el canon 1341 del Código para lograr la reparación por el escándalo y el restablecimiento de la justicia», asegura el diario vaticano.

«Es importante observar, como ha declarado el director de la Oficina de Información de la Santa Sede, que la cuestión canónica, presentada a la Congregación, no estaba relacionada de ninguna manera con un posible procedimiento civil o pena contra el padre Murphy, contra quien la arquidiócesis ya había emprendido un procedimiento canónico, como resulta evidente de la abundante documentación publicada en la red por el diario de Nueva York», añade el artículo sin firma.

«A la petición del arzobispo, la Congregación respondió, con una carta firmada por el entonces arzobispo Bertone, il 24 marzo 1997, indicando que se procediera según establece la Crimen sollicitationis«, la carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre los delitos más graves, revela el diario de la Santa Sede.

«L’Osservatore Romano» explica cuáles son los criterios que ha indicado a la Iglesia el cardenal Ratzinger y Benedicto XVI para aclarar los diferentes casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes o religiosos: «Transparencia, firmeza, severidad».

«Una manera de actuar coherente con su historia personal y con más de veinte años de actividad como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que evidentemente es temida por quien no quiere que se afirme la verdad y que preferiría poder manipular, sin ningún fundamento, episodios horribles y casos dolorosos que se remontan a hace unas décadas», asegura el diario vaticano.

Il profesor Massimo Introvigne, sociólogo y director del Centro de Estudios europeo sobre las Nuevas Religiones, en un análisis compartido con ZENIT, constata que los hechos narrados por el New York Times no son precisos en algunos pasajes e incluso, según él, están manipulados .

«Para enfangar a la persona del Santo Padre se agita un episodio de hace treinta y cinco años, conocido y discutido por la prensa local ya a mitad de los años setenta, cuya gestión – en cuanto era de su competencia y un cuarto de siglo después de los hechos – por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe, fue canónica y moralmente impecable, y mucho más severa que la de las autoridades estatales americanas».

«¿De cuántos de estos ‘descubrimientos’ tenemos aún necesidad para darnos cuenta de que el ataque contra el Papa no tiene nada que ver con la defensa de las víctimas de los casos de pedofilia – ciertamente graves, inaceptables y criminales, como Benedicto XVI ha recordado con tanta severidad – sino que intenta desacreditar a un Pontífice y a una Iglesia que molestan a los lobbies por su eficaz acción de defensa de la vida y de la familia?», se pregunta el sociólogo.

Por Jesús Colina

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ZENIT Staff

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