PEKÍN, viernes 19 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- En China, los aniversarios episcopales se celebran discretamente, mientras los nombramientos gubernamentales se preparan en secreto, informa Eglises d'Asie (EDA), la agencia de las Misiones extranjeras en París.
Mientras que la perspectiva de la reunión de la Asamblea nacional de representantes católicos se ha aplazado a la segunda mitad del año 2010, los aniversarios se celebran con discreción en Shanghai y los nombramientos se preparan en secreto por Pekín.
Según el vicepresidente de la Asociación patriótica de católicos chinos, Anthony Liu Bainian, hombre fuerte de la política religiosa del Gobierno chino que va de la mano de la Iglesia católica, la Asamblea nacional de representantes católicos no debería convocarse antes de la segunda mitad del año 2010.
Aplazada ya varias veces, esta asamblea debería haberse celebrado, si todo hubiera transcurrido con normalidad, el año pasado.
Pero las autoridades chinas probablemente consideraron que las condiciones no estaban maduras para convocarla.
La Asamblea reúne a los obispos "oficiales" de la Conferencia episcopal China y a los dirigentes de la Asociación patriótica de católicos chinos.
Entre sus principales tareas se encuentra la de elegir a los presidentes de estas dos entidades, o más exactamente, confirmar la elección realizada por Pekín para esos puestos.
Mientras tanto, varios aniversarios se han celebrado con la mayor discreción en Shanghai.
Esta diócesis presenta la particularidad de contar con dos obispos, uno "oficial" y otro "clandestino", los dos mayores y reconocidos por Roma.
En junio de 2005, un nuevo obispo auxiliar, monseñor Joseph Xing Wenzhi, fue ordenado para esta diócesis.
Se entendía que él solo estaría llamado a suceder, con el tiempo, a los dos obispos en cuestión, monseñor Aloysius Jin Luxian y monseñor Josep Fan Zhongliang.
El pasado 27 de febrero, monseñor Fan Zhongliang celebró el 25º aniversario de su ordenación episcopal.
Actualmente monseñor Fan, jesuita de 91 años, es el obispo "clandestino" de Shanghai, cualidad que el Gobierno chino se niega a reconocerle.
Afectado por la enfermedad de Alzheimer, monseñor Fan celebró su jubileo en la cama.
Tratado por un médico católico retirado, ya no acepta visitas. A la comunidad católica "clandestina" de Shanghai, les ha pedido rezar por el obispo, sin organizar grandes misas de jubileo.
Un mes antes, fue monseñor Jin Luxian quien celebró el 25º aniversario de su ordenación episcopal.
De 93 años, monseñor Jin pertenece también a la Compañía de Jesús.
Ordenado obispo auxiliar de Shanghai sin mandato pontificio el 27 de enero de 1985, monseñor Jin ha personificado durante mucho tiempo, especialmente en el extranjero, la elección de una parte del clero chino de ejercer el ministerio pastoral dentro de las estructuras establecidas por las autoridades gubernamentales.
Más tarde, durante los contactos con Roma que precedieron a la ordenación de su sucesor, monseñor Joseph Xing Wenzhi, monseñor Jin Luxian pidió y obtuvo de Roma que su ordenación episcopal fuera reconocida por el Santo Padre.
Una vez más, el jubileo de monseñor Jin ha sido celebrado con la mayor discreción.
En Estados Unidos ha sido donde estos aniversarios se han celebrado de una manera más marcada, con la Misa celebrada por el décimo aniversario de la muerte de monseñor Kung Pinmei.
El pasado 6 de marzo, en Stamford (Connecticut), la Fundación del cardenal Kung, dirigida por Joseph Kung, sobrino del prelado, organizó una Misa presidida por el obispo de Bridgeport, monseñor William Lori.
La fundación mantiene la memoria de monseñor Kung y denuncia los atentados contra la libertad religiosa en China, de los que especialmente son víctimas los católicos "clandestinos".
La entidad invitó a "rezar por la libertad religiosa en el mundo, especialmente por la Iglesia católica en China".
La diócesis de Shanghai cuenta con unos 150.000 fieles, al servicio de los cuales hay 91 sacerdotes "oficiales" y 50 sacerdotes "clandestinos".
En este contexto de espera -por la Asamblea nacional de representantes católicos- y de aniversarios celebrados a mezza voce por prelados muy mayores, los contactos entre la Santa Sede y Pekín continúan.
Las delegaciones del Vaticano se citaron en la China popular por invitación del Gobierno central en diciembre de 2008, después en febrero de 2009 y nuevamente en junio de 2009.
No se ha filtrado ninguna información sobre los eventuales resultados de estos contactos.
Como indica un artículo publicado en mayo de 2009 en el diario pro-Pekín de Hong Kong Wen Wei Po, los dirigentes chinos reflexionarían sobre un replanteamiento de su política religiosa, que no renunciaría en nada a los principios de autonomía e independencia de las religiones en China, pero que daría una "explicación razonable" a estos principios constitucionales, en un sentido aceptable por la Santa Sede.
Lejos de estas especulaciones, una fuente católica citada por la agencia Ucanews indicó que la razón de los reiterados aplazamientos de la Asamblea nacional de católicos chinos se encuentra en el hecho de que a las autoridades chinas les gustaría ver nombrados y ordenados próximamente a un cierto número de obispos "oficiales".
Así tomarían la dirección de numerosas sedes episcopales actualmente vacantes y verían reforzadas sus filas en la Asamblea.
Para el delicado cargo de presidente de la Asociación patriótica, órgano carente de toda legitimidad a los ojos de Roma, las autoridades han estimulado la candidatura de monseñor Joseph Ma Yinglin, obispo de Kunming y actualmente vicepresidente de la Asociación.
Una elección así podría complicar las relaciones entre Pekín y la Santa Sede, ya que el obispo de Kunming fue ordenado sin mandato pontifical.