El Papa acepta la renuncia de otro obispo irlandés

“Debería haber desafiado a la cultura predominante”, reconoce monseñor Moriarty

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KILDARE, jueves 22 de abril de 2010 (ZENIT.org).- El Papa ha aceptado la renuncia del obispo James Moriarty al gobierno pastoral de la diócesis irlandesa de Kildare y Leighlin, informó este jueves la Oficina de Información de la Santa Sede.

Monseñor Moriarty había presentado su renuncia el pasado 23 de diciembre, tras la publicación del Informe Murphy sobre abusos a menores en Irlanda.

En ese informe aparece su nombre como prelado de Dublín, donde se encubrieron casos de abusos cometidos por personal religioso de la arquidiócesis durante treinta años.

Esta renuncia se hace oficial después de que el pasado 24 de marzo Benedicto XVI aceptara la renuncia del obispo de la diócesis irlandesa de Cloyne, monseñor John Magee, que estaba siendo investigado desde el año pasado también por posible encubrimiento de casos de abuso sucedidos en su diócesis.

Tras la aceptación formal de la renuncia de monseñor Moriarty, el obispo ha vuelto a pedir disculpas a los supervivientes de los abusos y a sus familias a través de un comunicado.

“Reconozco de nuevo que desde el momento en que me convertí en obispo auxiliar, debería haber desafiado a la cultura predominante”, indica en el texto publicado este jueves.

“La verdad es que la larga lucha de los supervivientes para ser escuchados y respetados por las autoridades eclesiásticas ha revelado una cultura en la Iglesia que algunos describirían sencillamente como no cristiana”, afirma.

Estrictas interpretaciones de la responsabilidad

En opinión del obispo, “no se ha reconocido el amable e interminable amor del Señor, con estrictas interpretaciones de la responsabilidad y una básica carencia de compasión y humildad”.

Sin embargo, añade, “es importante poder señalar que, aprendiendo del pasado, la Iglesia en Irlanda lleva a cabo ahora excelentes procedimientos de protección de los niños”.

Al anunciar, antes de la pasada Navidad, que ofrecía su renuncia al Papa, monseñor Moriarty explicó las razones de su decisión, la más difícil de su ministerio, asegura ahora.

“Espero que esto honre a la verdad que los supervivientes han sacado a la luz de una manera tan valiente y abra el camino a un futuro mejor para todos los afectados”, declaró entonces.

El pasado mes de febrero, cuando ya había presentado su renuncia, el obispo Moriarty participó en el encuentro que los obispos irlandeses mantuvieron con el Papa en el Vaticano para abordar la cuestión de los abusos sexuales.

En aquel encuentro, el obispo Moriarty afirmó: “Seamos claros: nuestros errores han dañado la fe de nuestra gente y la fuerza de nuestro testimonio”, recuerda ahora en su comunicado.

En el comunicado de hoy, asegura: “Al dejar mi cargo hoy, éste será mi imborrable recuerdo del tiempo como obispo de Kildare y Leighlin: el testimonio de fe, esperanza y amor que hemos podido compartir de tantas maneras como Pueblo de Dios laicos, religiosos y clero, en esta diócesis”.

“Ofrezco mi agradecimiento de corazón a todos y cada uno; ha sido un privilegio serviros estos últimos ocho años y formar parte de todo eso”, dice refiriéndose al compromiso real y activo de los católicos en las distintas actividades eclesiales.

Reconocimiento

El presidente de la Conferencia Episcopal de Irlanda, el cardenal Seán Brady destacó la contribución del obispo Moriarty en la conferencia episcopal, en un comunicado sobre su renuncia, publicado este jueves.

“Querría reconocer la contribución que el obispo Moriarty ha realizado al trabajo de la Conferencia de Obispos”, indicó, destacando su aportación en las áreas de culto, renovación pastoral y desarrollo de la fe.

“Se echará en falta la visión del obispo Moriarty y el innovador enfoque de su trabajo en la Conferencia de Obispos, así como su gran sabiduría pastoral y experiencia”, añadió, deseándole lo mejor para el futuro y asegurándole sus oraciones en este momento.

Dedicación renovada

También los obispos de Inglaterra y Gales publicaron este jueves un comunicado sobre los abusos a menores en el que muestran su dolor por este “grave pecado”.

“Son los pecados personales de sólo unos pocos -señala el texto-. Pero estamos unidos en el Cuerpo de Cristo y, por tanto, sus pecados nos afectan a todos”.

Los prelados también reconocieron los “errores de algunos obispos y líderes religiosos en el manejo de estos asuntos”.

“Estos también son aspectos de esta tragedia que lamentamos profundamente y por los que pedimos disculpas”, añade el comunicado.

Los obispos de Inglaterra y Gales consideran que “es momento para la oración profunda de reparación y la expiación” e invitaron a los católicos a hacer de los cuatro viernes del próximo mes de mayo “días especiales de oración”.

Les animaron a visitar al Santísimo en las parroquias y a pedir a Dios por la “curación, el perdón y una dedicación renovada”.

“Oramos por todos los que han sufrido abuso; por los que han manipulado esos asuntos, añadiendo sufrimiento a los afectados”, indicaron.

Y destacaron: “Nuestra oración no excluye a aquellos que han cometido estos pecados de abuso; ellos tienen un camino de arrepentimiento y expiación que recorrer”.

El Papa reconoció el pasado 17 de marzo que “estos últimos meses, la Iglesia en Irlanda ha sido sometida a una dura prueba por la crisis de los abusos a menores”.

Benedicto XVI firmó la solemnidad de san José, el pasado 19 de marzo, una carta pastoral “para afrontar esta situación tan dolorosa”. También ha mantenido diversos encuentros con los obispos de Irlanda.

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ZENIT Staff

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