ROMA, lunes 10 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- Diálogos y oraciones en diversos idiomas, audífonos para la traducción simultánea, hábitos y uniformes religiosos de diferentes estilos y colores; éste es el ambiente que se vive en la asamblea plenaria de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), que se celebra en Roma desde el 7 de mayo hasta mañana martes.
En este evento participan cerca de 800 superioras generales de diferentes congregaciones que representan a 600.000 religiosas en todo el mundo.
La UISG es un organismo eclesial de derecho pontificio, erigido en 1965, que representa a 1.900 congregaciones de derecho diocesano y pontificio, que representan a su vez a cerca de 750.000 religiosas en todo el mundo.
Este año, la asamblea se titula: “Que bien sé yo la fuente que mana y corre, aunque es de noche” del cántico de san Juan de la Cruz.
Ellas han descrito como “noche” la situación actual del mundo, los últimos desastres naturales y también el momento difícil que vive actualmente la Iglesia Católica.
La reunión comenzó el pasado viernes y tuvo tres días llamados de “iluminación” con conferencias alusivas a los temas de mística y profecía en el mundo actual.
Este lunes comenzó la llamada etapa de “discernimiento” y diálogo donde, en ochenta mesas separadas en los idiomas respectivos, las hermanas hablaron, interiorizaron y pusieron metas concretas sobre lo que han escuchado y vivido en este encuentro.
ZENIT habló con representantes de los cinco continentes para ver las impresiones y los frutos que este evento puede aportar a sus comunidades y a la realidad en la que trabajan.
Una fe que cruza fronteras
La hermana Katherine, proveniente de Malta, y superiora de las Daughters of the Sacred Heart. (Hijas del Sagrado Corazón n.d.r.), compartió sus reflexiones de este encuentro.
“Si miramos siempre el plan de Dios, podremos purificar, convertir, seremos profetas y místicas en la Iglesia y en el mundo”, afirmó.
Su comunidad fue fundada en Malta en 1903. Actualmente se encuentra también en Libia, India y Kenia.
La religiosa habló también sobre los frutos de la reciente visita de Benedicto XVI a su país, que considera que dejó un “impacto positivo, especialmente porque habló en nuestro idioma, el maltés”.
Añadió que el encuentro con los jóvenes fue “muy efusivo”, y aseguró que los malteses siguen comentando esta visita.
La hermana Mercedes Leticia Casas de México es la superiora general de las Hijas del Espíritu Santo, congregación fundada en su país que está presente en Italia y en otros países de América Latina.
Para ella, este encuentro “revitaliza nuestra vida religiosa y nos hace recobrar la esperanza en nuestros carismas y en la dimensión profética de nuestra vida mística”.
“Compartir experiencias con las mismas hermanas nos confirma en los llamados que el Espíritu nos está haciendo y que nos piden una mayor coherencia de vida, una mayor transparencia, una vida religiosa más evangélica y significativa”, añadió.
La hermana Mary es la superiora de la comunidad Handmaids of Christ the Priest (Esclavas de Cristo sacerdote n.d.r.), presente en Sudáfrica y Lesotho.
“Nosotras –las asistentes a este encuentro– tenemos algo en común: la Eucaristía -dijo la religiosa-. Y tenemos una meta en común: decir sí a lo que Dios quiere de nosotras”.
El carisma de su comunidad es la asistencia a los sacerdotes, llevando la comunión a los enfermos, dando catequesis y trabajando en colegios parroquiales.
Ella aseguró que el sentido de su vida es “llevar a Cristo a las personas de diferentes maneras y en los diversos apostolados en los que trabajamos”, y destacó que esto lo ve plasmado en los diferentes carismas reunidos en este encuentro.
De Oceanía, el porcentaje de participantes era más bajo pero igualmente significativo. Dentro de las representantes estaba la hermana Ann, superiora de la comunidad de las Sister of St Joseph of the Sacred Herat (Hermanas de San José y el Sagrado Corazón n.d.r.).
“Es una maravillosa oportunidad de conocer otras superioras del mundo, especialmente para Australia, que está tan lejos de casi todo”, dijo a ZENIT.
“Esto es un gran aliento para cada una de nosotras, para responder a nuestro llamado”, puntualizó.
La fundadora de las Sister of St Joseph of the Sacred Herat es la beata Mary Mckillop, quien será canonizada en octubre próximo y se convertirá así en la primera santa australiana.
Para la hermana Ann, este hecho “renovará mucho a cada hermana en mi comunidad porque ella vivió el Evangelio en mi país, ayudando y luchando por los pobres”.
De Filipinas estaba la hermana Evelin Aguilar, superiora de la comunidad Religiosas de la Virgen María, fundada en su país en 1964.
Ella dijo que quiso traer a este encuentro lo mejor de la fe de su país: “La Iglesia es muy dinámica, los jóvenes se comprometen mucho, los laicos trabajan mucho en el voluntariado”, explicó.
E indicó que este encuentro “de alguna manera nos da la estrategia para ser capaces de enfrentar los retos en nuestro país y en el mundo”.
Carmen Elena Villa