MANGALORE, jueves 2 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- La unidad de los cristianos resulta fundamental para enfrentar las crisis, como el ataque de extremistas hindúes a los cristianos que tuvo lugar en el estado indio de Karnataka hace dos años.
Lo destacaron unos 50 líderes de las principales Iglesias de la costa de la zona de Karnataka este martes en Mangalore, durante el primer encuentro ecuménico del Foro de Karnataka de Cristianos Unidos por los Derechos Humanos, establecido en junio de 2009, informó la agencia Ucanews.
“La unidad de los cristianos es una necesidad por dos razones: para que crezcamos juntos y para una defensa unida en tiempos de crisis”, dijo el convocante del encuentro, el obispo siro-malabar de Belthangady, monseñor Lawrence Mukkuzhy.
Por su parte, el secretario de la Comisión Regional de Karnataka para el Ecumenismo y el Diálogo, el padre Ronnie Prabhu, S.I., afirmó que los cristianos deben “evitar toda agresividad en el proceso de compartir nuestra fe”.
En el encuentro, se recordó el ataque de extremistas hindúes a los cristianos y a sus instituciones producido en septiembre de 2008.
En aquel momento, los atacantes alegaron que algunos folletos cristianos contenían comentarios despectivos sobre el hinduismo y sus dioses.
El episodio de violencia anticristiana se produjo tres meses después de que el partido político pro-hindú Bharatiya Janata llegara al poder en el estado de Karnataka.
Para el obispo de Mangalore, monseñor Aloysius Paul D’Souza, esos ataques “se han vuelto bendiciones ocultas y nos han unido”.
Los líderes cristianos coincidieron en destacar que hoy continúa la violencia esporádica y los comentarios anticristianos de algunos políticos.
Boicot a los católicos
Mientras tanto, los católicos de la ciudad hindú de Magalawada, también en el estado de Karnataka, están sufriendo un boicot por no rezar a los dioses hindúes.
El obispo de Karwar, monseñor Derek Fernandes, denunció que en realidad los líderes hindúes ven amenazado su poder y boicotean a los católicos porque ayudan a los pobres y a los marginados sin discriminación.
Según informó la agencia Asianews, la ciudad de Magalawada en Haliyal ha sufrido varios casos de cólera y los ancianos han decidido rezar a la deidad protectora durante dos martes y tres viernes de este mes Shravana, que, según el calendario hindú, es un periodo de buen auspicio. En los días de oración se han suspendido las actividades agrícolas y comerciales.
Al principio, los católicos se adhirieron a la iniciativa, pero después retomaron sus actividades ordinarias también en los días de oración.
Los líderes hindúes han decidido hacer un boicot total a los católicos en la ciudad: han prohibido a los hindúes utilizar los vehículos de los cristianos y llevarles en sus vehículos, comprar en tiendas de católicos o negociar con ellos, así como proporcionarles un empleo.
Según sus órdenes, la maquinaria agrícola de los católicos no se reparará y los niños no entregarán los periódicos en las casas católicas. Además, los estudiantes deberán dejar de ir a las escuelas católicas y el sábado 28 de agosto sólo había 4 estudiantes hindúes, de 42 alumnos.
Monseñor Fernandes expresó su “profunda tristeza por el boicot a los católicos en esta ciudad”. “Este ostracismo sólo es consecuencia de nuestro compromiso para servir a los pobres y a los oprimidos -dijo- y sólo servirá para reforzar nuestro compromiso por trabajar para crear una sociedad de justicia, paz y amor”.
El obispo está convencido de que este boicot quería afectar precisamente el trabajo de los católicos en la ciudad. Entre las 250 familias de la ciudad, hay dos musulmanas, unas treinta dalit y 108 cristianas. El resto (unas 110) son hindúes.
“Los pobres dalit siempre son maltratados”, denunció el prelado.
La Iglesia está llevando a cabo programas de instrucción y explica a los ciudadanos la importancia de la higiene personal, ante este brote de cólera que, según algunas fuentes, ha causado la muerte de seis personas.
Los católicos coordinan también esfuerzos para poder contar con agua limpia y segura, así como para eliminar algunas supersticiones, lo cual ha provocado algunas incomprensiones.
A unos seis kilómetros de la ciudad, en Haliyal, la diócesis dirige escuelas en lengua inglesa y en lengua Kannada, en la que el 90% de los estudiantes son hindúes.
También lleva un hospital y, en una localidad cercana, un centro social utilizado por personas de toda condición social, especialmente pobres.