La respuesta al Islam es volver a Cristo

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por Piero Gheddo*

ROMA, lunes 20 de septiempre de 2010 (ZENIT.org).- En lo que se refiere a la convivencia con el Islam, hay a menudo noticias negativas, casi siempre por parte del Islam. Esta vez ha sido el pastor “evangélico” (baptista) Terry Jones, quien se ha propuesto quemar decenas de ejemplares del Corán, dando públicamente noticia a todo el mundo. Luego, entre tira y afloja, interviene también el presidente estadounidense Obama y el gesto insensato, que parecía obra de un auténtico loco, no se produce. Es inevitable, sin embargo, que estas noticias, durante más de un mes, salten a las primeras páginas de los medios de todo el mundo, periódicos y televisiones, radios y sitios internet.

Podría ser una de tantas serpientes de verano de las que a finales de agosto ya no se hablaba. En cambio, a principios de septiembre, aparecen las noticias que se podían temer. Como documenta AsiaNews, en varias partes de la India (una veintena de muertos) y de Pakistán se han reanudado los atentados a iglesias e instituciones cristianas. No sólo con lanzamientos de piedras sino con incendios y saqueos, incluso con actos de violencia contra los cristianos que defienden sus lugares sagrados y sus propiedades.

En definitiva, parece que la simple noticia de un amenazante pero hipotético gesto ofensivo contra el Islam (que luego no se ha realizado) desencadene el odio anticristiano que agita a algunos sectores o grupos de los pueblos islámicos, mientras que no sucede lo mismo entre los pueblos cristianos.

Las diferencias son estas:

Primero. Cristianos y musulmanes viven en épocas históricas diversas. Nosotros, en el 2010 después de Cristo; los musulmanes, en el 1400 después de Mahoma. La evolución histórica ha sido diversa; nosotros hemos entrado en el “tiempo moderno” y los musulmanes viven todavía en un tiempo histórico menos evolucionado.

Segundo. Contra todo fanatismo religioso y violencia en nombre de la fe cristiana, está Jesucristo, que ha mandado hacer y ha hecho todo lo contrario; que se ha dejado flagelar y suspender en la Cruz injustamente y sin reaccionar, rezando, en cambio, por sus verdugos. Las raíces del Islam son el Corán y Mahoma que, como se sabe, dicen y hacen cosas muy diversas. Mahoma fue un hombre religioso, profeta y fundador de una religión que tiene grandes valores, pero fue también un caudillo militar y un conquistador con la espada de nuevos pueblos para el Islam.

¡Las raíces cuentan mucho en la vida de los seguidores de un credo religioso! Es el motivo por el que el Islam no logra entrar en el mundo moderno, que ha nacido en el mundo cristiano y de las raíces cristianas. Nuestra respuesta y nuestra ayuda a los hermanos y hermanas islámicos no es quemar el Corán sino volver, como pueblos cristianos, a vivir y practicar la fe de nuestros padres. Hoy, nuestro Occidente cristiano es religiosamente un contenedor vacío o semivacío. Estamos regresando al paganismo y perdiendo también culturalmente nuestra identidad cristiana. Es inevitable que el Islam se vuelva a proponer conquistar los pueblos europeos, esta vez no con la espada sino con la fuerza de la fe y de su demografía galopante.

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*El padre Piero Gheddo (www.gheddopiero.it), anterior director de Mondo e Missione y de Italia Missionaria, fue uno de los fundadores de la Emi (1955), de Mani Tese (1973) y de Asia News (1986). Como misionero ha viajado por las misiones de cada continente, y ha escrito más de 80 libros. Dirigió en Roma la Oficina histórica del Pime y ha sido postulador de causas de canonización. Hoy reside en Milán.

[Traducción del italiano por Nieves San Martín]

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ZENIT Staff

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