MADRID, jueves, 16 diciembre 2010 (ZENIT.org).- Este domingo 19 de diciembre se reabre al culto la abadía benedictina del Valle de los Caídos, Madrid, España. Durante varias semanas no se pudo celebrar en el interior de la basílica por obras y desde hace un año el acceso al recinto está restringido.
Un hecho que despertó cierta polémica y se saldó con una entrevista entre el nuevo ministro de la Presidencia Ramón Jáuregui y el cardenal arzobispo de Madrid Antonio María Rouco.
El abad de la abadía benedictina –Anselmo Álvarez Navarrete–, manifestó su satisfacción por la reapertura parcial, aunque expresó el deseo de su comunidad de que se recupere la anterior situación de acceso libre.
El cierre por presuntas obras (al parecer únicamente el peligro de desprendimiento de una estatua), ha supuesto la merma de actividades y un ahogamiento para una comunidad que ofrece un centro de espiritualidad, una hospedería y numerosas actividades culturales y espirituales, y vive de los donativos de los visitantes, y de la venta de sus obras de todo tipo.
Como se sabe, la basílica, situada en el Valle de Cuelgamuros, a sesenta kilómetros de Madrid, es el lugar de enterramiento del anterior jefe del Estado, Francisco Franco, otros conocidos personajes políticos, y un alto número de víctimas de la guerra civil, tanto de los defensores de la República como de los sublevados.
Estaría en proyecto, por parte del Gobierno actual, la construcción de un gran museo de la memoria histórica, en el que se encontraran todos los que vivieron aquella tragedia colectiva y murieron a causa de la guerra. Es esto principalmente lo que ha suscitado polémicas y temores en algunos círculos de amigos de la basílica y de la Orden de los Benedictinos.
Las palabras del celebrante, en la misa del pasado domingo 12 de diciembre, celebrada al aire libre, son de conciliación y de paz.
La información ha llegado a ZENIT a través del padre Santiago Cantera Montenegro, OSB, responsable de comunicación de la Abadía.
En el Valle de los Caídos, no están sólo la basílica y los sepulcros de significados o anónimos protagonistas de la guerra, sino una escolanía, un centro de espiritualidad, con numerosas actividades, y una gran labor social, a través de la educación, realizada por los monjes en todo el valle. Muchos de ellos son niños de los alrededores, a veces con escasas posibilidades económicas, que reciben una esmerada educación en el entorno de la Abadía.
El monasterio tiene significadas vocaciones de jóvenes -educados en la Escolanía- o que han llegado allí, atraídos por la espiritualidad benedictina, después de ejercer una profesión.
Tras la entrevista entre el cardenal arzobispo Rouco y el ministro Jáuregui, este último anunció que el domingo 19 de diciembre se reabrirá «definitivamente» la basílica del Valle de los Caídos, después de colocar una especie de túnel provisional que permita a la entrada del templo.
El 1 de diciembre, el ministro de la Presidencia, anunció oficialmente la próxima reapertura de la Basílica de la Santa Cruz y de todo el recinto del Valle de los Caídos.
Al parecer, la fecha dependía de la protección de la imagen de la Piedad, con un malla, y un andamiaje que permita el acceso a la basílica por la puerta principal, sin problemas de seguridad.
El ministro Jáuregui dijo, ante la Comisión Constitucional del Senado que, tras un año con problemas de seguridad, debido a que la escultura de la Piedad, del reconocido escultor Juan de Ávalos, situada en la entrada del complejo, sufría desprendimientos, en los próximos días se acabarían las obras de contención, lo que permitiría reabrir la basílica al culto.
El ministro explicó que los problemas de seguridad en el templo obligaron a cerrarlo durante casi un año, lo que ocasionó «problemas importantes con la comunidad que gestiona el templo», reconoció. Añadió que había hablado con el abad benedictino y que la solución prevista había sido acordada con él.
En la página web de la comunidad benedictina, se da cuenta de que, el pasado domingo, tuvo que celebrarse de nuevo al aire libre la eucaristía, en la explanada posterior, situada en el conjunto formado por la Abadía, la Escolanía y la Hospedería.
El buen tiempo acompañó la ceremonia y «el magnífico ambiente que se vive en estas Misas entre todos los fieles, la Comunidad benedictina, la Escolanía y los familiares de los niños», afirma la página web de los monjes. La misa fue presidida por el padre José Ignacio González Villanueva.
A los cantos de la Escolanía se unieron las voces de Schola Antiqua, la reconocida formación coral, integrada por antiguos escolanos.
Intereconomía TV retransmitió la celebración en directo una semana más, con un elevado índice de audiencia, según reza la página web.
El padre abad Álvarez Navarrete, en sus palabras finales, recordó que la comunidad tiene el objetivo de «lograr la plena normalización de la situación del Valle de los Caídos en cuanto al pleno derecho de culto y también de las personas que quieran visitarlo libremente».
«Hermanos queridos -dijo el celebrante González Villaueva–, que habéis venido de tan lejos y desde lejos seguís también por la TV la Eucaristía celebrada en estas circunstancias de dolor y gozo: la unión de los fieles a Cristo aun teniendo que sufrir cansancio, frío e incomprensiones es gozo finalmente para todos, pues vuestro sacrificio unido al gran sacrificio redentor de Cristo en la Cruz, que ahora nos disponemos a actualizar en la Eucaristía, es fuente de salvación, de cuantiosas gracias de conversión para los que estáis aquí congregados».
«Hemos entrado en los últimos tiempos, pero esto no significa el fin del mundo, pues queda la etapa más bonita de la historia, el milenio santo del capítulo 20 de Apocalipsis, o sea el Reinado glorioso del Señor, que no es una segunda encarnación sino una presencia espiritual santificadora a través de la Eucaristía», explicó el celebrante.
«Y sigue la lectura «no os quejéis -o no murmuréis- unos de otros». Esto se opone al mandamiento del amor. El testimonio de la unidad familiar y de la unión eclesial en torno al Vicario de Cristo, al Papa, será lo que convierta a los alejados y a los tibios», subrayó.
La página web del santuario ofrece un paseo muy instructivo por todas las dependencias del complejo del Valle de los Caídos y la importante labor espiritual, cultural y social que realizan los monjes benedictinos.
«Con esta página web –señala el Abad–, la Comunidad benedictina del Valle de los Caídos quiere aproximar, a quienes se asomen a ella, la vida de los monjes en su realidad diaria y en los acontecimientos que se producen en torno a ella. Va a ser, pues, un instrumento de comunicación con quienes pueden tener interés en conocer cómo es por dentro la Comunidad y el Monasterio, así como el propio monumento erigido en este lugar».
Recuerda que el Valle de los Caídos es ante todo una Abadía «en la que un grupo de monjes lleva a cabo la experiencia de vida que han desarrollado a lo largo de quince siglos los llamados monjes de Occidente. Un Monasterio con los ingredientes propios que, sobre todo en el continente europeo, han puesto en práctica ese sencillo programa del ora et labora, que la historia ha revelado tan fecundo para la Iglesia, para la cultura y la civilización y para el propio equilibrio de la naturaleza humana».
Para saber más: http://www.valledeloscaidos.es
Por Nieves San Martín