ZAGREB, domingo, 5 de junio de 2011 (ZENIT.org).- Benedicto XVI se unió espiritualmente desde la capital croata a la beatificación en El Burgo de Osma (España) del obispo de Puebla (México) Juan de Palafox y Mendoza (1602-1659), “defensor de los indios” y virrey en México, en tiempos de Felipe IV.
Tras haber presidido la misa de la Primera Jornada de las Familias Católicas de Croacia, en el hipódromo de la capital, el pontífice dirigió unas palabras en español para unirse a la catedral de Burgo de Osma.
El pontífice calificó a Juan de Palafox como “luminosa figura de obispo del siglo XVII en México y España”, “un hombre de vasta cultura y profunda espiritualidad, gran reformador, pastor incansable y defensor de los indios”.
“El Señor conceda numerosos y santos pastores a su Iglesia como el beato Juan”, deseó el Santo Padre.
La ceremonia de beatificación fue presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en representación del obispo de Roma.
Participaron unas tres mil personas, además de doscientos sacerdotes,una treintena de obispos (entre ellos, el arzobispo mexicano de Puebla de los Ángeles), tres cardenales españoles y uno mexicano, así como el nuncio apostólico en España.
Palafox nació en 1600 en la localidad navarra de Fitero y murió en El Burgo de Osma en 1653. Trece años después se abrió su proceso de beatificación. El 26 de febrero de 2009 el Vaticano reconoció como milagrosa la curación de un sacerdote –Lucas Fernández de Pinedo, enfermo de tuberculosis– por su intercesión de Juan de Palafox, y el 8 de febrero de 2010, el Papa aprobó esta beatificación.
Juan de Palafox y Mendoza, nombrado obispo de Puebla de los Ángeles en 1642, desempeñó durante unos meses los cargos de virrey y arzobispo de México. Desempeñó asimismo el cargo de consejero del Consejo Real de Indias entre 1633 y 1653. Al regresar a España, fue obispo de Osma.
Al inicio de la beatificación, el obispo de Osma-Soria, monseñor Melgar, glosó la biografía de Palafox, destacando su «generosidad» con los pobres y la huella imborrable que dejó en la diócesis.
En su homilía, el cardenal Amato recordó el extraordinario espectáculo de santidad que ha ofrecido la Iglesia española en su larga historia y resaltó que Palafox sobre todo fue un santo, cuyo celo pastoral consistía esencialmente, citando sus mismas palabras, «en extirpar el mal y plantar lo que es santo y bueno».
Además identificó a Palafox como uno de los personajes más singulares de la santidad «porque en su vida experimentó la gloria de las cargas más elevadas y la humillación de la desgracia y el aislamiento, que acogió con fe heroica y con auténtico espíritu cristiano».
Nada más tener lugar la beatificación, se produjo la firma del hermanamiento entre las ciudades de El Burgo de Osma y Puebla de los Ángeles.
Y el miércoles 22 de junio las reliquias del nuevo beato llegarán a México y serán veneradas en la catedral metropolitana de la capital, en San Miguel del Milagro, en Tlaxcala y en la catedral de Puebla.