CIUDAD DEL VATICANO, jueves 30 de junio de 2011 (ZENIT.org).- Roma acogerá, del 19 al 23 de noviembre de 2012, el XXIII Congreso Mundial del Apostolado del Mar, “para reflexionar y compartir los retos que derivan de los continuos cambios en el mundo martítimo”.
El arzobispo Antonio María Vegliò anuncia la convocatoria, coincidiendo con el noventa aniversario de la creación de este Apostolado, en el Mensaje para el Domingo del Mar del año 2011, que se celebrará el próximo 10 de julio.
El Mensaje ha sido difundido por el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes y firmado por el arzobispo Antonio María Vegliò y por el obispo Joseph Kalathiparambil, presidente y secretario del dicasterio vaticano respectivamente.
El documento pide que se respeten los derechos humanos y laborales de la gente del mar y se dirige a los capellanes, voluntarios, amigos y colaboradores de la Obra del Apostolado del Mar.
El Mensaje se refiere a la celebración del Domingo del Mar como a “una ocasión especial para aumentar la conciencia, en las comunidades cristianas y en la sociedad en general de lo indispensable que es el servicio realizado por los marinos, y para hacer conocer el ministerio que, desde 1920, los capellanes y los voluntarios del Apostolado del Mar desarrollan en muchos puertos del mundo”.
Los obispos citan también las palabras que el beato Juan Pablo II dirigió a los marinos y pescadores en Fano, el 12 de agosto de 1984.
En aquella ocasión, les dijo: “Mi presencia, hoy, en medio de vosotros, quiere destacar que la Iglesia es cercana a vosotros, honra vuestro trabajo, a menudo peligroso y duro, conoce vuestras ansias y preocupaciones, apoya vuestros derechos, consuela vuestras soledades y vuestras nostalgias”.
Las palabras del pontífice, destaca el Mensaje, “representan un fuerte mensaje de esperanza para casi los 1'5 millones de marinos de más de cien nacionalidades (dos tercios de los cuales son de países subdesarrollados), que cotidianamente responden a las exigencias de la economía global, transportando el 90% del comercio mundial”.
“A pesar de los grandes beneficios que nuestra vida obtiene de su duro trabajo y de sus sacrificios”, reconoce el texto, “los marinos son una categoría de la que se conoce muy poco, excepto cuando los medios de comunicación se ocupan de ellos después de alguna tragedia o, como recientemente, con el aumento de ataques de piratas”.
“En realidad, los problemas que afectan su vida son mucho más numerosos”, constata el texto.
Entre estos, el Mensaje cita, como en los años anteriores, “la criminalización de la tripulación a causa de los accidentes marítimos (naufragios, contaminación, etc...), el abandono en puertos extranjeros sin alimentos ni dinero, las nuevas restricciones para desembarcar a tierra, la falta de seguridad y protección y los largos embarcos”.
Todo ello añade “más estrés y ansiedad no sólo a la vida de estos trabajadores, sino también a sus familias”.
El Apostolado del Mar, prosigue el texto, “conoce numerosas situaciones inhumanas que todavía persisten en el mundo marítimo y está al lado de la gente del mar para afirmar que sus derechos humanos y de trabajadores deben ser respetados”.
Del mismo modo, se destaca “la importancia de que el sector marítimo (armadores, P&I Clubs, etc..) trabaje en contacto estrecho con Gobiernos y con organizaciones internacionales y de bienestar, para poner en práctica medidas preventivas con el fin de garantizar la seguridad de estas personas”.
“Para asegurar más protección a todos los que trabajan en el mar”, los firmantes se dirigen en particular, “a todos los Gobiernos para que adopten, cuanto antes, la Convención de la Oficina Internacional del Trabajo (ILO) sobre el Trabajo Marítimo (MLC) de 2006 y favorezcan su entrada en vigor”.
En caso contrario, la Convención “tendría únicamente un valor teórico, a pesar de ser uno de los resultados más significativos de toda la historia de los derechos de los marinos”.
“En su lucha por la justicia en el mundo marítimo”, continúa el Mensaje del Consejo Pontificio, “el Apostolado del Mar está dirigido por los principios evangélicos y por la enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia”.
“Las palabras con las que, el 17 de abril de 1922, el papa Pío Xi aprobaba y bendecía las primeras Constituciones y el Reglamento del Apostolado del Mar, nos animan a proseguir la misión 'de expansión del ministerio marítimo' para que la Obra 'recoja la cosecha más abundante de frutos de salvación'”.
En la página web de ZENIT puede leer el Mensaje de la Santa Sede para el Domingo del Mar.