ROMA, domingo 15 julio 2012 (ZENIT.org).- Mark Riedemann para «Donde Dios llora» en colaboración con la fundación pontificia internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada, entrevistó al obispo XoleloThaddaeus Kumalo de Eshowe, Sudáfrica.
¿Puedes contarnos un poco acerca de Zululand y el pueblo Zulú?
–Mons. Kumalo: Zulu fue fundada por el rey Shaka, que es conocido en todo el mundo como un guerrero que fue capaz de derrotar a un regimiento de soldados ingleses. Los zulúes han tenido sus reyes y jefes y ellos siguen creyendo en su vida tradicional.
¿Cuáles son sus actividades económicas?
–Mons. Kumalo: Como la mayoría de los sudafricanos, trabajan en fábricas en ciudades alejadas como Johannesburgo y Devon, pero los que permanecen en este territorio se ocupan de la agricultura, por ejemplo.
La tierra Zulu ha sido un área de creencias tradicionales africanas y muchos de los zulúes creen en estas. ¿Qué entendemos cuando hablamos de religión tradicional africana?
–Mons. Kumalo: Es la manera de comportarse, su manera de hablar, la forma en que viven sus vidas. El pueblo zulú como la mayoría, si no todos los pueblos africanos, siempre he creído en un Dios. Pero la expresión de su fe ha sido diferente.
Por ejemplo…
–Mons. Kumalo: Los zulúes creen en un Dios y este Dios es muy grande, y es por eso que se llama «Unkulunkulu», que significa, el que es grande; o «Umvelinqangi», que es el que llegó primero. Y, por lo tanto, debe haber algunas personas que puedan hablar a este dios en nuestro favor, y son los antepasados. Y estos antepasados siempre demandan ciertos rituales que deben ser hechos, como es la matanza de una vaca o una cabra para pedirles ciertas, y para que puedan llevar esto a Dios. Cada etapa de la vida se celebra con un ritual en la tradición Zulú. Cuando nace un niño, y cuando se le da un nombre, se ofrece un sacrificio de algo y los ancianos hacen ciertas cosas para introducir al niño a los antepasados.
Si he entendido bien, hay muchas cosas similares a la tradición cristiana, la presentación del niño, la creencia en un Dios; todas estas cosas facilitan la «inculturación». Cuando el cristianismo llegó allí, tal vez los zulúes estaban dispuestos a aceptarlo porque muchas de los tradiciones podrían ser reconocidas en el cristianismo que les presentaban.
–Mons. Kumalo: Por desgracia, cuando llegaron los misioneros no reconocieron todas las creencias tradicionales. En el bautismo y la forma en que el Zulú introduce a un nuevo bebé a los antepasados, la religión cristiana en realidad nunca unió estas dos cosas. Es solo ahora, más tarde, cuando se habla sobre este lenguaje de la inculturación. ¿Cómo podemos usar nuestra cultura para que seamos mejores cristianos, o ser mejores católicos utilizando lo que somos.
Estamos a más de diez años del fin del apartheid. ¿Se puede decir que este sigue siendo un país en busca de su identidad?
–Mons. Kumalo: Creo que, sin duda, todavía está buscando su identidad. Usted sabe que estamos separados en grupos y nos va a llevar años hasta que tengamos una identidad como Sudáfrica. Incluso ahora para la fiesta nacional, difícilmente se encuentran los blancos celebrando junto a los negros. Esto demuestra que tenemos un problema de identidad como sudafricanos, y creo que nos va a llevar mucho tiempo hasta que lleguemos a eso.
El otro desafío es, por supuesto, la cuestión del vih/sida. ¿Cómo está trabajando la iglesia en esta área?
–Mons. Kumalo: En cuanto a la cuestión del Vih/Sida, nosotros copiamos el programa de Uganda llamado «Educación para la Vida», que estamos tratando de difundir en las distintas diócesis. Educamos a los jóvenes a no infectarse de esta enfermedad a través de la educación, a través de los grupos de pares y el cambio de estilo de vida.
El sida se está desarrollando en un 22% y la comunidad internacional ha tratado de presentar una respuesta con la solución del uso del perservativo. ¿No lo perciben esto como un poco de arrogancia y prejuicio de la comunidad internacional, que viene y lo presenta como lo que resolvería el sida en Sudáfrica?
–Mons. Kumalo: Creo que la comunidad internacional es siempre arrogante con nosotros los africanos. Vienen con las soluciones ya hechas. No preguntan. Ellos saben lo que es correcto para nosotros como africanos, y los condones son parte de esa arrogancia. Creo que porque la gente, en sus mentes, cree que los condones previenen la enfermedad. Esto porque lo difunden entre todos los jóvenes, incluso con aquellos que no son conscientes de la actividad sexual, porque se imparte en la escuela como educación sexual. Lo intentan, y es por eso que todavía se tiene un alto índice de personas infectadas con esta epidemia del Sida.
Traducción del inglés por José Antonio Varela V.
Esta entrevista fue realizada por Mark Riedemann para «Dios llora en la Tierra», un programa semanal de radio y televisión producido por la Catholic Radio and Television Network, en conjunto con la fundación pontificia de caridad católica Ayuda a la Iglesia Necesitada.
En la red: www.WhereGodWeeps.org y www.acn-intl.org.