"Mantenemos firme la esperanza de que el papa vaya a Colombia"

Entrevista al embajador saliente de Colombia ante la Santa Sede

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Por Sergio H. Mora

CIUDAD DEL VATICANO, Martes 31 julio 2012 (ZENIT.org).- A finales del presente mes de agosto el embajador de Colombia ante la Santa Sede Cesar Mauricio Velásquez Ossa deja su encargo, tras dos años de intensa actividad. El futuro embajador, Germán Cardona, que ya cuenta con el placet de Secretaría de Estado, seguirá trabajando para lograr una visita de Benedicto XVI a Colombia, porque –-indicó Velasquez-–, es un papa cuyo ejemplo y palabra sería un bálsamo para curar las heridas que ha causado el narcotráfico y la violencia.

A finales de agosto termina su mandato… Usted trabajó mucho para que Benedicto XVI fuera a Colombia, ¿no?

– Embajador Velásquez: Llevo dos años gestionando la visita del papa a Colombia, y al dejar el cargo seguiré con el mismo empeño para alcanzar dicho objetivo. Los colombianos necesitamos la visita del papa. Sería un honor y no pierdo la esperanza, porque es un país mayoritariamente católico que valora la visita de un personaje ejemplar para el mundo.

El papa viajó recientemente a México y Cuba, en una visita simbólica a toda Latinoamérica. ¿Por qué es tan importante que pudiera hacerlo en Colombia?

– Embajador Velásquez: Los colombianos necesitamos fortalecer el alma con la palabra y el ejemplo que nos da Benedicto XVI. Sería un bálsamo para tantos dolores que nos ha causado el narcotráfico, la violencia y la corrupción. Su visita nos llenaría de energías para seguir luchando y sacar nuestro país adelante, apoyándonos en los valores humanos y cristianos. Para que nos enseñe a perdonar basándonos en la verdad y la justicia.

¿De qué depende en concreto?

– Embajador Velasquez: Creo que en este momento depende más la opinión de los médicos que de los obispos, por eso le hemos ofrecido al santo padre que viaje a ciudades al nivel del mar o a Medellín, que está a 1600 metros de altura.

¿Y hay señales de interés en la Santa Sede?

– Embajador Velásquez: En el Vaticano me siguen preguntando mucho sobre la situación geográfica y logística instalada, ante un eventual viaje del papa. Y sé que alcaldes de ciudades como la de Medellín han ofrecido todo para una eventual visita.

¿Ahora que Usted se va como se prosigue en la gestión?

– Embajador Velásquez: El nuevo embajador Germán Cardona, que ya obtuvo el beneplácito de la Santa Sede, llegará a Roma en las próximas semanas. Y espero, tal como lo ha dicho el presidente Santos, que el futuro embajador concrete la visita.

¿Alguna iniciativa en estas últimas semanas de su gestión?

– Embajador Velasquez: Una de las iniciativas que tenemos hasta entonces es que la tripulación del buque escuela Gloria, insignia de la Armada de Colombia, tenga la oportunidad de saludar al santo padre. Estuvimos ayudando mucho para lograr que el buque Gloria ingrese a Civitavecchia de manera que casi toda la tripulación vaya a saludar al papa en el ángelus del domingo 19 de agosto, muy probablemente en Castel Gandolfo. Sé que los cadetes y la tripulación están muy entusiasmados con la idea de visitar al papa. Dos días antes será la ceremonia oficial de recibimiento de este viaje, que para los cadetes es un adiestramiento y una prueba final de su instrucción.

Una orquesta tocará en agosto para el papa, ¿no?

– Embajador Velásquez: La orquesta juvenil colombiana Batuta viene a Roma, y quiere ofrecerle el miércoles 29 de agosto una serie de música y canciones al papa. A la orquesta se han sumado personas de escuelas musicales de Italia, Hungría y de Alemania. Un experimento muy bueno que es injertar jóvenes de estos países para que le ofrezcan el concierto. Son en total 120 músicos que interpretarán obras clásicas y populares.

¿Por qué se llama Batuta la orquesta juvenil?

– Embajador Velásquez: Batuta es el nombre que se le da al bastón de mando. Son escuelas musicales que se crearon hace algunos años en Colombia y se tomó conciencia de su importancia cuando el presidente Álvaro Uribe indicó un principio: «Un joven que use un instrumento musical nunca empuñará un arma». Son financiadas por el Gobierno y empresas privadas, funcionan también como anexas a colegios y parroquias. En particular hay muchos jóvenes de la región de Buenaventura muy golpeada por la violencia del narcotráfico. Muchos de estos jóvenes vienen por primera vez a Roma

¿Qué tipo de jóvenes son?

– Embajador Velásquez: Son muchachos que han vivido en ambientes muy difíciles. Es un esfuerzo muy grande desde el punto de vista logístico y económico que requiere conseguir los recursos necesarios para ofrecer un concierto en Roma a los colombianos.

¿Dónde tocarán?

– Embajador Velásquez: Lo harán en la la Iglesia de la Inmaculada Concepción, que está en vía Veneto. Un templo que están reinaugurando y que tiene una serie de museos y un patio grande con capacidad para unas 400 personas; allí será el gran concierto en la tarde del jueves 30 de agosto. En esa iglesia está sepultado el primer embajador de la entonces Gran Colombia ante la Santa Sede, Ignacio Sánchez de Tejada.

¿Por qué en estas estructuras de los capuchinos?

– Embajador Velásquez: Queremos que el concierto de Batuta allí constituya el punto de partida de la colaboración de esa iglesia en Roma a Colombia. Una iglesia dedicada desde la cual se podrá impartir una labor pastoral a los colombianos e hispanos que residen o viven en Roma. Una alianza perfecta en beneficio de todos los colombianos, pues gracias a la generosidad de los Capuchinos podremos tener allí a una imagen de la Virgen de Chiquinquirá, patrona de Colombia.

¿Y alguna otra actividad en estas últimas semanas?

– Embajador Velásquez: El 1 de setiembre llega el segundo grupo de 42 obispos colombianos que viene en visita ad limina. El primer grupo vino en junio y es la primera que se realiza durante el pontificado de Benedicto XVI.

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ZENIT Staff

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