Por Nieves San Martín
MADRID, martes 13 noviembre 2012 (ZENIT.org).- La Fundación Centesimus Annus-Pro Pontifice tiene su origen en la carta homónima del beato Juan Pablo II, de 1 de mayo de 1991. Tal referencia indica la idea inspiradora y el objetivo: una especial adhesión a la enseñanza pontificia en el campo social, y un convencido apoyo a las numerosas iniciativas caritativas del santo padre. Su presidente Domingo Sugranyes Bickel afirma que la doctrina social de la Iglesia es una inspiración fecunda para emprendedores y profesionales.
En una entrevista exclusiva concedida a ZENIT, Domingo Sugranyes Bickel explica las iniciativas de la fundación, sus beneficiarios y sus actividades formativas, entre las que se cuenta un curso en italiano, en régimen de e-learning, sobre doctrina social de la Iglesia.
Domingo Sugranyes Bickel es de nacionalidad española y nació en Friburgo, Suiza, donde se licenció en ciencias económicas y políticas. Casado, tiene tres hijos y actualmente reside en Madrid. Pertenece desde 1969 a la UNIAPAC (International Christian Union of Business Executives) de la que fue secretario general entre 1974 y 1981, y presidente desde 1997 hasta 2000.
La idea original de la fundación es movilizar a emprendedores y profesionales ¿de todos los campos de la actividad social o solo el económico?
–Domingo Sugranyes: La Fundación Centesimus Annus-Pro Pontifice, en su faceta de debate y formación, es un lugar de encuentro, de diálogo y de oración para profesionales del mundo económico que quieran reflexionar sobre su actividad desde el punto de vista de la fe y manifestar explícitamente su vinculación con la sede apostólica, como fuente e inspiradora de unos mensajes más actuales que nunca en el difícil contexto económico actual.
Déjeme citar a Benedicto XVI en Caritas in Veritate : “El desarrollo de los pueblos es considerado con frecuencia como un problema de ingeniería financiera, de apertura de mercados, de bajadas de impuestos, de inversiones productivas, de reformas institucionales… Pero deberíamos preguntarnos por qué las decisiones de tipo técnico han funcionado hasta ahora sólo en parte. La causa es mucho más profunda… El desarrollo es imposible sin hombres rectos, sin operadores económicos y agentes políticos que sientan fuertemente en su conciencia la llamada al bien común” (n. 71).
Este mensaje se dirige a “todos los hombres de buena voluntad” y en primer lugar a los seguidores de Jesucristo. Para ello hace falta un diálogo profundo, sereno pero concreto, que no tema entrar en materia: hay aspectos éticos en cualquier tema técnico, basta rasgar un poco. Es lo que promueve esta Fundación, con la participación activa de profesionales, en contacto con sacerdotes, filósofos y teólogos morales, y también con economistas teóricos. No entramos en otros campos, como por ejemplo la bioética; sí en cambio en el de la familia o la educación, pero siempre desde una perspectiva económica.
¿Cuál es el alcance actual de la Centesimus Annus en cuanto a promoción de proyectos de acción directa con beneficiarios concretos?
–Domingo Sugranyes: La Fundación tiene miembros aderentes en diez países. Los encuentros, los grupos de trabajo y los cursos están abiertos tanto a miembros como a cualquier persona interesada. Hemos lanzado también un Premio Internacional para recompensar obras significativas de profundización, aplicación y difusión de la doctrina social de la Iglesia que se concederá por primera vez en 2013; la selección se está realizando por un jurado muy cualificado presidido por S.E. el Cardenal Reinhard Marx, Arzobispo de Múnich.
Otra faceta de la fundación es la recaudación de fondos para obras de caridad del Santo Padre y para sostener iniciativas de la Santa Sede.
¿Qué actividades de educación formal y no formal en doctrina social de la Iglesia promueve la fundación?
–Domingo Sugranyes: Para la formación continua de los miembros y simpatizantes de la fundación se reúnen grupos diocesanos con un sacerdote que les asiste y ayuda a reflexionar y a recorrer el camino espiritual al que nos invita la doctrina social
Como actividades formales, la fundación viene organizando cursos en italiano para profesionales laicos en colaboración con la Pontificia Universidad Lateranense (diploma de dos años en régimen de un fin de semana al mes), así como cursos de doctrina social para sacerdotes. En Estados Unidos se organizan cursos parecidos en inglés en colaboración con la Catholic University of America de Washington.
Este año inauguramos un nuevo instrumento de formación, muy necesario para alcanzar a un público más amplio: se trata de un curso a distancia (e-learning).
En todas estas actividades buscamos un camino participativo: partiendo de las raíces en la fe se intenta reflexionar sobre distintos aspectos de la actividad económica para descubrir dónde y cómo puede la doctrina social orientar la actividad en uno u otro sentido.
¿Qué proyección tienen en España y en países de América que hablan español?
–Domingo Sugranyes: En España existen capítulos diocesanos de la fundación en Barcelona, Madrid, Málaga y Valencia y esperamos que se creen más. Tenemos el proyecto de un encuentro con el mayor eco público posible en el segundo semestre del año próximo, posiblemente en Valencia.
En América por ahora sólo existen contactos personales aislados. Es importante hacer notar que la fundación no pretende competir con ningún movimiento existente, y menos sustituirlo; nuestro trabajo es básicamente de formación, dirigido a todo tipo de profesionales (no exclusivamente empresarios o altos ejecutivos) y puede ser perfectamente complementario con otras iniciativas.
¿Está previsto ofrecer información en su página web en español?
–Domingo Sugranyes: Se acaba de reconstruir completamente la página web (www.centesimusannus.org), está en italiano y sale en estos días en inglés. Tenemos previsto traducirla también en español próximamente.
¿Puede darnos más detalles sobre el curso de e-learning?–Domingo Sugranyes: Nuestro curso on line está disponible desde primeros de noviembre, las inscripciones están abiertas para la versión en italiano. El participante puede entrar cuando quiera; la inscripción se hace por internet con pago por tarjeta del precio de 350 euros para todo el curso.
El curso consta de doce módulos formativos que se realizarán en un mínimo de 12 meses con interacción obligada y tutoría. Siempre y cuando el participante haya enviado su feed-back, el módulo siguiente se abre al final del mes de calendario. Los módulos contienen un texto básico breve, unas indicaciones bibliográficas y unas preguntas a las que el participante está invitado a contestar. El curso se puede realizar de forma individual, por supuesto, pero puede servir también perfectamente de guión para un trabajo en grupo.
En el contenido hemos trabajado en primer lugar con Monseñor Sergio Lanza, profesor de filosofía e inspirador de generaciones de estudiantes de la PU Lateranense y de la Università Cattolica del Sacro Cuore, que desgraciadamente ha fallecido hace pocos meses. El camino trata de ser inductivo y participativo: se parte de una reflexión personal desde la fe y se van recorriendo luego uno tras otro distintos aspectos de la vida y de las instituciones económicas (la familia, la empresa y el riesgo, el trabajo y la tecnología, la responsabilidad social, la propiedad privada y el mercado, la interdependencia global y los mercados emergentes…) para desembocar al final sobre los principios de la doctrina que, para entonces, se han de ver como in
spiración fecunda, y no como enunciados teóricos o genéricos. Cada capítulo ha sido preparado por un especialista, todo bajo la coordinación del profesor Flavio Felice de la P.U. Lateranense.
En los próximos meses continuaremos trabajando para realizar adaptaciones del curso en inglés y posiblemente en español.