Por H. Sergio Mora
ROMA, martes 13 noviembre 2012 (ZENIT.org).- Este domingo 11 de noviembre se realizó en la Capilla Sixtina un concierto con la “Misa del Año Santo” compuesta por el hermano de Benedicto XVI, monseñor Georg Ratzinger.
«Misa», porque los cantos de la composición musical del hermano del papa son parte fundamental de la liturgia eucarística: Kyrie, Gloria, Sanctus, Benedictus y Agnus Dei, si bien el Credo fue de la Missa Papae Marcelli. Lo cantó el coro de la Capilla Sixtina, el cual acompaña las celebraciones litúrgicas del santo padre.
Actualmente integrada por 22 adultos y unos 35 niños, bajo la dirección del sacerdote salesiano Massimo Palombella, la Cappella Musicale Pontificia Sistina tiene sus orígenes en la Schola Cantorum Romana que fue fundada por Gregorio Magno en el siglo VI y que en 1471 con Sixto IV se vuelve personal del papa e introduce la polifonía.
El evento fue reservado a los miembros y sostenedores de la Fundación Pro Música y Arte Sacra, en particular a los amigos de la ‘categoría gold’, en el marco del XI Festival Internacional de Música y Arte Sacro que se realiza en Roma del 2 al 13 de noviembre.
Además del evento aquí indicado, el festival contó con un concierto en la basílica de San Ignacio de Loyola, un coral en la basílica del Aracoeli, un coro en Santa María Maggiore; y el conclusivo hoy en la basílica de San Pedro, a cargo del coro de la catedral de Westminster y a continuación en San Pablo Extramuros con un concierto de la Filarmónica de Viena.
Dos años atrás, la Fundación que organiza el festival le confirió al emérito maestro de capilla, monseñor Georg Ratzinger, el “Premio Fundación Pro Música y Arte Sacra” por haber como cristiano y sacerdote y maestro de capilla de los coros en la catedral de Ratisbón, puesto su vida, arte y actividades al servicio del anuncio de la fe, a través de la música sacra.
El senador Hans-Albert Courtial presidente de la Fundación Pro Música y Arte Sacra, consideró emblemático que la misa compuesta por el hermano del papa haya sido cantada delante del fresco del Juicio Final pintado por Miguel Angel y cantado por el coro pontificio.
Y añadió que el concierto ‘Misa del Año Santo’ interpretada “en este lugar sacro de una belleza tan dramática y extraordinaria, vuelve palpable cuánto sea verdad que la música sacra expresa el transportar a Dios dentro nuestro mundo humano, y al mismo tiempo nos transporta en la infinidad de Dios”.
Monseñor Wolfgang Bretschneider, presidente de la Asociación Santa Cecilia de Alemania, indicó que “el maestro Georg Ratzinger tuvo un doble don de gracia que lo ha plasmado como hombre y como artista”. Un doble carisma “su vocación por el sacerdocio y por la música, del hecho que en Ratisbona tuvo la posibilidad de vivir ambas vocaciones con el Domspatzen”, el coro oficial de la catedral de Ratisbona. “Su música se caracteriza por un empeño por lo esencial: tiene un tono armónico bello, profundo, ciertamente influenciado por la música coral de la Edad Media (el gregoriano), del renacimiento y del barroco”.